Alarcón por Fuguet
[EL MERCURIO] Siguiendo con la Revista de Libros, Alberto Fuguet entrevista al narrador peruano Daniel Alarcón, de quien anticipa: "Primero, algo de presentación, porque Daniel Alarcón (nació el 77, pero empezó a dar qué hablar el 2003) no es el escritor peruano más conocido del mundo. Hay varios más. Al menos tres, o cuatro o cinco. Casi todos los escritores peruanos escriben y hablan en español. Daniel Alarcón no es de esos escritores peruanos. Por eso - quizás- su figura me intriga". Luego, confiesa que espera con impaciencia la próxima novela de Daniel y su entusiasmo eleva la temperatura: "Daniel Alarcón es lo que viene, y con esto no quiero hablar de modas o apuestas. Es la primera ola de un tsunami creativo donde nada estará claro, excepto la voz y el talento y la sensación de estar algo extraviado, en la frontera, ni aquí ni allá, pura liminalidad".
¿De dónde (puta) eres?, le pregunta Fuguet. Alarcón responde: "La mejor definición llegó de la boca de un amigo del barrio en San Juan de Lurigancho, un distrito limeño marginal donde viví por casi un año: me decía el norteamerincaico. Supongo que podría intelectualizarlo, mirarme el ombligo y preguntarme sin cesar quién soy, pero dudo que una respuesta más perfecta exista. Un peruano que escribe en inglés, un escritor gringo de origen peruano - is it that strange?- . No lo creo. Muchos de mis amigos de chico eran gringos cuyos padres venían de otra parte. Uno hablaba en hindú con sus viejos, otro en chino con los suyos, yo en español con los míos, y cuando nos juntábamos en las tardes a escuchar rap y hablar de chicas, lo hacíamos en un inglés con tanta jerga que nuestros padres no hubieran podido comprender."
Y luego, ante la cita de una frase de Rushdie según la cual los intelectuales bilingues son las personas que más sufren pues, al ver todo siempre de dos maneras, están "malditos", responde: "Qué dramático Rushdie, ¡si todo el mundo es así! Maldito, no, broder. Si lo mío es sufrir, me lo aguanto sonriendo. Sufrir es pasar hambre, tener frío, no lo que hago yo, que es leer, escribir, tomar café, leer, escribir, jugar fútbol, leer, escribir, tomar café, leer, etc. Es un lujo. Cuando mi propio trabajo no va bien, me pongo a traducir poesía del español al inglés. ¿Eso es sufrir? Como dicen los mexicanos, no mames, güey. Si alguna vez me quejo de mi vida, que alguien me patee en el culo por imbécil".
Finalmente, Fuguet se sorprende ante el hecho de que Alarcón haya conseguido publicar un cuento en la célebre New Yorker antes de los 30 años. ¿Cómo explica Daniel ese extraordinario punto de partida?. "Tuve suerte", dice y sigue para adelante.