Los inquilinos de Moonbloom
[RECOMENDACION] Debo a la cada vez más inusual conjunción de encontrar a una persona que tiene estupendas lecturas y, además, es dueño de una librería, el descubrimiento de Edward Lewis Wallant. Me refiero a Sergio Parra y su librería en Santiago de Chile Metales Pesados. Cuando encontré su local, ubicado en medio de una calle sobregirada de cafés y frente a una boca de metro, casi no ingreso. Es que me encontré con Parrita, vestido con lo que podría considerarse su uniforme (saco y pantalón negro, camisa blanca, cigarrillo en la mano) gritándole desde la puerta del local a un cliente, que lo miraba incrédulo desde la acera, sin atreverse a bajar de su moto: "Pero si hace un año que te digo que leas al Omar Pahmuk y ud. dale con que quería leer a la Yoshimoto, y ahora se me viene a quejar! ¡Yo le decía Pahmuk y ud. reptía la Yoshimoto, la Yoshimoto! ¡Ahora no se queje!". Al fin, cuando se dio por rendido el cabizbajo motorizado, entré a la librería dispuesto a llevarme lo primero que me recomendase Parra, así lo hubiera leído ya o lo odiase, solo para que no me griten. Pero felizmente me recomendó algo que no había leído, de lo que tenía poca noticia además, y que acabo de terminar con muchísimo placer, en estado de éxtasis en realidad: Los inquilinos de Moonbloom de Edward Lewis Wallant.
Wallant era un miembro de esa generación de escritores judíos norteamericanos notables, como son Saúl Bellow, Philip Roth y Bernard Malamud. A pesar de tener cierto éxito en vida, un aneurisma fulminante en 1962 lo mató antes de los 40 años. Ese mismo año, además, había decidido dejar su oficio para dedicarse de lleno a escribir (aquí cabe acotar la frase "así es la vida"). Los inquilinos de Moonbloom es una novela póstuma, escrita con gran sentido del humor y del absurdo, en la que un personaje fracasado, una caricatura de escritor genial frustrado por su ocio y su indolencia, debe acudir a las minucias de sus inquilinos (cada cual más esperpéntico) al tiempo que mantiene informado de sus gestiones a su hermano millonario, dueño de los inmuebles, un mecenas equívoco y casi demoniaco en su omnipresencia, que sostiene económicamente a su hermano mandándolo a cumplir obligaciones mínimas como cobrar la renta, pero que para alguien de sus desaprensivas características resultan auténticas odiseas. La novela fue publicada en España por Libros del Asterisco y prologada por Rodrigo Fresán (en el más flojo de los textos que le he leído). Un adicional: la edición verde esmeralda tiene un formato vintage, mismo paperback de los años 60, que le va perfecto al libro. Me lo leí de un tirón y lo puse sobre mi water, que es el lugar donde se ponen los libros que uno quiere recomendar honestamente a sus amigos. Parrita estará orgulloso de mí.