Butor habla
[LA RAZON] Cuando era un adolescente leí la novela La modificación del francés Michel Butor y supe de inmediato que, aunque intuía que la novela era extraordinaria, no estaba en capacidad de entederla entonces. Hace unos años la busqué entre mis libros guardados en cajas en casa de mis padres, a raíz de una clase que iba a dictar a un taller, pero no pude encontrar la vieja edición de Seix Barral que tenía. No creo haber pensado mucho en Butor durante estos años, y confieso mi sorpresa al descubrir hoy, por un artículo de Patricia de Souza en "La Razón" donde se le entrevista por sus obras completas, que está vivo. Y que no deja de opinar con absoluta convicción (en realidad, como era de esperarse, es un fundamentalista). Dice, por ejemplo, que no ha leído ni pretende leer a Michel Houellebecq porque "No iría a una librería a comprar un libro del que se habla en la televisión". Y sobre la fama, dice: " Todos los escritores importantes tienen problemas para hacerse reconocer. Cuando un autor se convierte en un «best-seller» es que no tiene interés".
Cuando se le pregunta si piensa que la novela francesa está en crisis, la respuesta (obvia) es que sí. Sin embargo, confía en que los (hipotéticos) autores a quienes los medios de comunicación no les hacen caso, podrían salvarla. Dice: "Hay mucha gente que escribe novelas, se publican cientos de novelas, lo cual quiere decir que la edición va bien. Lo que sucede es que en los últimos veinte años no se ha publicado nada realmente interesante. Y sí, podría decir que hay una verdadera crisis. Las novelas de los últimos años son mucho menos creativas que los años precedentes y es muy posible que haya escritores que trabajan en su rincón y que no conocemos porque los medios de comunicación hacen de filtro. De ellos se hablará quizás en 20 años". Este fin de semana rebuscaré nuevamente en esas cajas de libros guardados donde mis padres y veré si casi 20 años después, justamente, de leer La modifcación, esta vez sí la puedo disfrutar plenamente. Y si me gusta tanto, la comentaré -oh ironía- en mi programa de televisión.