MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

¿Será Loayza?


[PREGUNTA] Desde que leí que el protagonista de la nueva novela de Mario Vargas Llosa, Ricardo Somocurcio, era un traductor e intérprete que trabajaba en la UNESCO y viajaba por todo Europa por su labor, pensé que quizá Vargas Llosa se comunicó -para que le dé algunos dato sobre el oficio- con su amigo de los primeros años en Lima, Luis Loayza, quien vivió durante décadas en Ginebra con una carrera idéntica a la de Somocurcio. Dudo que el discreto Loayza haya sido la inspiración para un personaje tan apasionado como Ricardito, pero llegué a pensar ¿no será Loayza el X de la dedicatoria?

Para quien no conozca a Luis Loayza, basta decir que es no solo uno de los escritores más extraordinarios del castellano (los remito al libro de cuentos Otras tardes o a los ensayos El sol de Lima si los dudan) sino que, además, es un brillante traductor de autores ingleses del siglo XIX. Sin embargo, su actitud huraña y su distancia frente al éxito literario (se dice que su única vanidad es haberle ganado a Bobby Fischer una partida simultánea de ajedrez en Nueva York), sumada a lo avaro que es para publicar (y traducir) lo han convertido prácticamente en un anónimo para quienes no le siguen la pista -tozudamente- de cerca. Pero no un desconocido. Recuerdo la admiración con la que un antiguo editor de Tusquets México y actual director de la versión castellana de Granta, Aurelio Major, y Sergio Pitol me comentaron sus traducciones de De Quincey. Y el orgullo que siente Manolo Borrás, de la editorial Pre-Textos, de haber publicado su último libro de ensayos Libros raros. No sé si Vargas Llosa mantiene aún contacto con Loayza. ¿Lo habrá tomado en cuenta para algunos aspectos del protagonistas de su novela? ¿Será la profesión de Ricardo un homenaje a su amigo, el inasible escritor peruano?

Pensaba en eso mientras me desvelaba hoy en la madrugada leyendo la novela de Vargas Llosa, cuando me encontré con esta frase que me hizo saltar hasta el techo: "Un traductor literario es un apirante a escritor, es decir, casi siempre un plumífero frustrado. Alguien que no se resignaría jamás a desaparecer en su oficio, como hacemos los buenos intérpretes. No renuncies a tu condición de callero inexistente, querido, a menos que quieras terminar de clochard" (pg. 156-157). La frase la dice Salomón Toledano, el llamado Trujimán, pero podría ser un arte poética de Loayza. ¿Será X?

En la foto, los años adolescentes de Vargas Llosa con sus cómplices literarios Abelardo Oquendo (separado del grupo, con su esposa) y Luis Loayza (el alto que le pone "orejitas" a Vargas Llosa) Foto: La República.
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