Saramago contra Berlusconi
Saramago, próximo a publicar este jueves su última novela Caín y a cumplir 87 años, está convencido de que no regresará a Italia. Hace unos días estuvo por allá y no dejó de hablar mal de Silvio Berlusconi, personaje bufonesco cada vez más tristemente cómico de la política internacional. Dice la nota:
No tengo la menor duda de que Berlusconi quiere reimplantar el fascismo en Italia", afirma José Saramago. "No es un fascismo como el de los años treinta, hecho de gestos ridículos como levantar el brazo. Pero tiene otros gestos igualmente ridículos. No será un fascismo de camisas negras, sino de corbatas de Armani". Está delgado y frágil, habla con un hilo de voz, pero ha sacado fuerzas de no se sabe dónde y aquí está, de gira por Italia para presentar su libro El cuaderno, que ha editado la editorial Bollati Boringhieri. Saramago llegó este miércoles a Roma desde Milán, y antes estuvo en Alba (Piamonte). El público se emociona y rompe a aplaudir cuando canta las verdades del barquero y lanza improperios y acusaciones. "Berlusconi corrompe todo lo que toca". "Berlusconi es patético, ridículo y vulgar". Y más: "Berlusconi dice que es ofensivo que una prostituta vaya a la televisión. ¿Y que vaya a la cama del primer ministro no lo es?". Saramago cumple 87 años el mes que viene. Sabe que este viaje será el último que haga a Italia, y está contento de ver que su espíritu irreverente y sus verdades incómodas han seducido a un público entregado. "La gente tiene ganas de oír esas cosas. No es verdad que Berlusconi sea lo mismo que Italia", cuenta, sentado ante un desayuno que no toca, en su habitación del hotel Locarno, de Roma. "Ya le gustaría a él. Lo que no quiere decir que yo tenga esperanza de que nada cambie. Veo pocas conciencias despiertas. Menos mal que hay algunas, porque si no estaría todo perdido".