Pivot y demasiados libros
PREFACIO
Siempre leo el blog de Ezequiel Martínez, "En minúscula". Y hoy me sorprendió ver mi cara (más flaco que ahora) en uno de sus post. Me refiero a aquel titulado "Ya vienen los Herralde", en el que advierte que a partir de enero se venderá mi novela en Argentina. Ezequiel también dice:
Me acaba de llegar un correo electrónico con las novedades de Anagrama para enero en la Argentina. Tendré que conformarme con eso, porque hace rato que no me envían ningún ejemplar de lo que distribuyen aquí (¿suena a mangazo?). Lo que más me interesa del listado (que incluye títulos de W.G. Sebald, Arto Paasilinna, A.M. Homes y Nick Hornby), son las novelas que llegaron a la pole position de la última edición del Premio Herralde
Al parecer, las distribuidoras latinoamericanas son todas iguales: boletines electrónicos pero nada de ejemplares a la prensa. Al menos en Perú es así, y por lo visto también en Argentina. No puedo prometer que te mandaré el libro de Daniel Sada, querido Ezequiel, pero mándame un comentario a este post con tu dirección (que no publicaré) y te envío mi novela. Me da una ilusión enorme que la leas.
POST
Sin embargo, lo que quiero realmente comentar aquí es el artículo de Bernard Pivot, aparecido en El Malpensante, bajo el título de "¡Libros!". Ezequiel le dedica un post en el que dice:
A pesar de que ya está retirado de la pantalla, el periodista y crítico francés sigue activo. Por estos días encontré en la revista colombiana El Malpensante una nota suya con la que me sentí absolutamente identificado. Bajo el sobrio y descolorido título de Libros, Pivot desmenuza línea por línea, párrafo a párrafo, una irrefutable teoría acerca de cómo "la verdadera ambición de los libros es la de expulsar a los hombres de las bibliotecas y de sus casas y ocupar todo el territorio para su grandioso y solitario goce". Algo de lo que comparte con los lectores son sus frustradas estrategias para liberarse del exceso de volúmenes que habitan ya no en su biblioteca, sino también en cada habitación, pasillo o recoveco de su casa. Pero no sólo eso: también revela qué hacen los libros mientras nadie los lee, mientras nadie los mira. Cuenta, especula o comprueba cómo sus libros huyen, se mueven, hablan, copulan, se rebelan o respiran movidos por un libre albedrío y en dimensiones que nosotros, mortales lectores, jamás podremos percibir.Todo bibiómano consumado va a encontrar en las palabras de Pivot un espejo donde mirarse. Esa otra dimensión desonococida, la de los libros que domestican nuestra existencia, nos estará vedada hasta el fin de la eternidad.
Leo eso y no puedo evitar una sonrisa: Justamente por estos días estoy pensando que debo desalojar mis libros de su hábitat porque están a punto de cubrirme enteramente o, peor aún, cumplir su misión y sacarme de la casa. Ya se desbordaron los malditos. ¿Para cuándo el Amazon Kindle en español? En fin, quizá a eso se refería Cortázar en "Casa Tomada", a los libros. En lo que sí estoy de acuerdo completamente con Pivot es que los libros copulan. Sí, lo hacen toda la noche. Los escucho asustado y confundido (sobre todo ahora que tengo visitas en mi casa). ¿Y qué hijos engendran esas cópulas? Nuestros propios libros.
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Se dirìa que en esa còpula entran tres, pero el sobrante de manera indirecta...Tal vez Cortàzar hablaba sòlo de monstruos, no creo que haya tenido corazòn para pensar en ese momento en los libros...
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