Wu Ming 1 traducido
Wu Ming es el nombre de un colectivo de escritores italianos que alberga a cinco autores supuestamente anónimos (la traducción de su nombre chino es "anónimo") e identificados con un número. Sin embargo, aunque las reglas del grupo impiden las fotografías o videos de cualquiera de los miembros, los nombres reales sí se conocen. Ellos escriben ficciones colectivas, como la novela Q (Mondadori) ó la novela 54, pero también pueden tener proyectos individuales. En España acaban de editar New thing, editada por Acuarela, la novela en solitario escrita por Wun Ming 1 (es decir Roberto Bui). En "El País" la comentan así:
John Coltrane se muere y Estados Unidos hierve. El Black Panther Party agita la lucha racial y Ornette Coleman, Pharoah Sanders y otros músicos negros desconstruyen el jazz. El Gobierno ve enemigos en todas partes y el FBI introduce en la escena el Cointelpro (Counterintelligence Progam) creado para combatir al Partido Comunista. Primavera de 1967 y, en Brooklyn un asesino en serie insiste en cargarse instrumentistas de free jazz. Es New thing, el primer libro en solitario que se publica en España de un miembro de Wu Ming, el colectivo italiano de activistas y escritores. Este "objeto narrativo no identificado", como lo define su autor, mezcla realidad y ficción. Y lo hace en un relato tejido con entrevistas, artículos y grabaciones; inspirado en la forma de Por favor, mátame: La historia oral del punk, de Legs McNeil y Gillian McCain. Así lo confiesa Wu Ming 1 en un epílogo donde enseña sus trucos: referencias, construcción de personajes y hasta chistes privados. ¿Un ejemplo de su compromiso con la libre circulación de la información? "Absolutamente". "Escribí New thing porque estoy interesado en la cultura afroatlántica", contesta desde Bolonia. "Pero también es una alegoría de la represión a los movimientos sociales en los setenta en Italia. Lo que pasó con los Black Panther y programas como en Cointelpro eran el pan de cada día aquí. Y en España". Pero New thing también retrata unos tiempos en los que el poder sentía el peligro de los movimientos culturales juveniles. "Ya no es así, la contracultura va por otro camino. Internet lo ha cambiado todo".