MOLESKINE ® LITERARIO

El miércoles 12 de diciembre Michel Houellebecq estará en Chile para ofrecer una conferencia en la Universidad Católica. En la "Revista de Libros" Patricio Jara hace una semblanza del que, sin duda, no es el mejor escritor francés vivo pero sí uno de los pocos que ha logrado zafar de ese aura de "clásico vivo" aunque no leído, que tienen la mayoría de escritores de ese país, para convertirse en un perpetuo escándalo en la mejor tradición sartreana (una alusión que, sin duda, Houllebecq detestaría... y por eso la hago).

Dice la semblanza: " Pero junto a esta progresión argumental, si vale el término, también está la construcción de Houellebecq como personaje, como el gran alborotador. Esto, por cierto, no es un detalle. Cualquier reflexión crítica respecto de su obra siempre excluye lo literario. El francés es puesto por delante de sus personajes y en sus novelas no cabe la impunidad de la ficción.Bien vale la pena detenerse, por ejemplo, en las apreciaciones que hace The Wall Street Journal: "Gran parte de la escritura de Houellebecq se lee como un catálogo de lo que Juan Pablo II llamó la 'cultura de la muerte': la clonación, eugenesia, eutanasia, determinismo darwinista, sexo sin amor y alienación de la naturaleza y del ser". Pero el autor también ha aportado lo suyo para levantar esa imagen de campeón del pesimismo, de príncipe de la intolerancia. No por nada el interés del gran público hacia su obra fue alentado por sus declaraciones a la revista Lire, cuando, al borde de la borrachera, calificó al islamismo como "la religión más idiota y más falsa". Si bien la nota se publicó antes del atentado a las Torres Gemelas, el escándalo vino en grande y se habló de cuantiosas multas y penas de hasta un año de cárcel por incitar el odio racial.Pese a ello, uno de los que salió en su defensa fue Salman Rushdie, quien bastante sabe de estos asuntos. "No puede haber vallas erigidas en torno a las ideas, las filosofías, las actitudes o creencias", apuntó en su columna de The Guardian. Por sus dichos el novelista debió enfrentar un juicio del que finalmente fue absuelto, aunque para entonces la atención del mundo ya estaba puesta en su figura y sus bonos habían subido más de lo esperado.En palabras del periodista Giancarlo Stagnaro, Houellebecq es un hombre enfrentado a las consecuencias reales de su ficción. Y éstas, en su caso, son más buenas que malas.

Etiquetas: chile, francia, houellebecq, NOTICIA

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