Jorge Eduardo Eielson
Como "un poeta de la incertidumbre" califica en Babelia el crítico colombiano Carlos Jiménez a Jorge Eduardo Eielson, cuya obra pictórica es parte de una retrospectiva y homenaje en la Bienal de Venecia. El gorro de la nota aclara: "El peruano Juan Eduardo Eielson tensó la poesía hasta hacerla saltar fuera de los marcos que la fijan a la letra impresa y a la literatura".
Dice Jiménez: "(...) no podemos entender quién es y qué ha hecho realmente Eielson si omitimos que todos sus propósitos y proyectos -todos los poemas, los cuadros, las piezas acústicas, las esculturas, las máquinas célibes y las acciones e intervenciones en el espacio público que ha realizado- están marcados por las urgencias de quien para encontrarse no ha vacilado en perderse una y otra y otra vez. Encontrarse como poeta y encontrarse como individuo o como mera subjetividad en la tierra de nadie de la anomia y el desarraigo de su exilio sin fin en tierras italianas. Cuando se revisa el conjunto de su obra salta a la vista tanto la insólita heterogeneidad de sus medios y recursos como el hecho de que la misma responde a un nomadismo estético que parece tanto la causa como la solución imposible de un desasosiego vital del que jamás ha sabido o podido librarse. Loreto Alonso quizás hablaría de "producción invertebrada" para referirse a la dispersión y el polimorfismo de la obra de Eielson, pero yo -sin refutarla- preferiría poner el énfasis en que esa falta de vertebración es su manera elíptica de comunicar cuánta incertidumbre e inquietud hay en las relaciones que él mantiene con las artes y las literaturas hegemónicas en Occidente. Evidentemente, ninguno de estos ámbitos le son desconocidos o del todo ajenos, pero en ambos ha actuado, más como un intruso o como el polizonte que comparte la suerte de la nave apartado del gobierno de la misma. Y que, sin embargo, insiste en hacerse notar adulterando las señales enviadas desde el puente de mando. Parodia, distorsión, duplicación: éstos son probablemente los términos que mejor califican las respuestas que Eielson ha dado a su excentricidad con respecto a la única cultura en la que puede reconocerse.
Cuando ya existe en el mundo un ser como Eielson, uno se pregunta cómo un humano puede con tanto sin explotar en miles de móleculas y desvanecerse, y creo que en parte, eso fue lo que pasó con Eielson, nada ni todo era suficiente, sin duda, explotó a la poesía hasta hacerla estallar por todos lados...y ahora sin que él esté, está con su cuerpo repartido en formas y su sentir en tantas expresiones diversas.
» Publicar un comentario