MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

El cielo sobre nosotros

Carátula del libro. Fuente: agreda.blogspot.com

[SIN PLUMAS] El día de hoy apareció en la revista "Caretas" una reseña mía a la muy buena novela de Carlos Garayar, El cielo sobre nosotros, editada por Alfaguara. La he colgado en el blog "Sin Plumas."

La selva para muchos es un territorio exuberante, colorido, erótico, tropical; no para Carlos Garayar. El cielo sobre nosotros sucede en una selva anterior a los cuadros de Bendayan, al narcotráfico y al terrorismo, a los aeropuertos clandestinos y al turismo sexual. Y a la tecnocumbia. Es una selva donde un policía, un médico y un cura se aburren. A ese mundo monótono, de movimientos que se lentifican por el sopor, de colores tenues como un verde sin estridencia, llega un polaco para internarse en un sanatorio. Tisis. De manera insólita, el desahuciado despierta el amor de una enfermera, que es la encargada de atenderlo en un pabellón para terminales al que llaman La Siberia. ¿La gélida, apátrida, exiliada Siberia en mitad de la selva tropical? De eso se trata. Sin demora la novela encara su argumento a través de dualidades, juegos de espejos como el contraste entre la vida y la muerte; eros y tánatos; civilización y barbarie; amor y pasión; Matilde y la señorita Soria; el instinto de supervivencia y la muerte programada; la laxitud del polaco convaleciente y la inquietud del alférez recién llegado que necesita crímenes que resolver.


Leer la reseña completa.

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10:27 a. m.

Me parece que si la supuesta gran metáfora de Garayar que pone al libro por encima de sus defectos ya fue descubierta por un libro como La perorata del apestado, cuya historia tiene mucho en común con El cielo sobre nosotros (el amor que florece entre enfermos desahuciados y enfermeras, en un caso, en condiciones paupérrimas, un hospital de la selva contra un sanatorio del siglo XIX) entonces no le veo mucho mérito al libro de Garayar, pues la gran revelación de su libro se la debe a Bufalino y a quien sabe cuantos autores más.    



4:02 p. m.

No creo que el hecho de que un autor coincida en su tema con otros escritores sea un error o un demérito, al contrario muchas veces es un acierto y las hace más complejas...

en todo caso, espero que de mi reseña no se desprenda tu opinión porque no es mi intención criticar la novela porque el tema ha sido tocado antes sino lo contrario...

IVAN    



7:48 p. m.

Pienso que las coincidencias entre escritores son buenas siempre que sean eso, coincidencias, y no vulgares representaciones de un mismo tema sin mayores variaciones, y sospecho que Garayar ha leído el libro de Bufalino así como los otros que tú mencionas, en ese caso no creo que la "coincidencia" sea un mérito. De todas maneras leeré la novela de Carlos Garayar por curiosidad. Por otro lado, uno de las pecas que señalas en tu reseña es más bien un lunar, pues el que nunca se muestre como despierta el amor entre los personajes principales es una omisión fundamental que resta verosimilitud al argumento. Y eso es grave porque, a partir de eso, uno puede cuestionarse el desarrollo de toda la novela.    



9:43 a. m.

Quizá incluso antes de pensar en Bufalino estimado comentarista, se podía pensar en la maravillosa Montaña Mágica de Mann probablemente anterior a la increible novela del italiano. Si los temas fueran el problema entonces los nuevos escritores no tendrían de qué hablar. Por lo tanto también Buffalino no hubiera podido publicar su novela... O en algún lado de País de Jauja, Rivera no hubiera podido hablar de sanatorios porque entonces tú dirías que es un copión o está falto de temas...    



8:11 a. m.

Y recuerdo tambien "El sobrino de Wittgestein" novela de Thomas Bernhard que transcurre en un sanatorio...    



11:19 a. m.

Parece que no has entendido el fondo de mis comentarios y te vas por las ramas, yo nunca he dicho que no se puedan volver a tratar temas literarios, ojo, sólo que si Thays resalta el valor de la novela de Garayar por la metáfora que constituye el amor que se impone en condiciones casi imposibles de materializarse y no por otras razones, entonces sí que no le vería mayor mérito al libro, justamente porque esa "metáfora" ya fue descubierta por otros. Lo que hace a mi juicio que otros libros sean grandes pese a tratar temas universales, por no decir tópicos, es justamente la forma como son contados, más que la metáfora en sí. Y si Thays no ha encontrado eso en el libro de Carlos Garayar, ya que entre otras cosas crítica muy solapadamente el lenguaje de éste al llamarlo correctísimo, entonces esa novela parece estar en deuda. Igual pienso leerla pronto.    



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