Que no muera Harry
[EL PAIS] John Irving y Stephen King se han presentado junto a J.K. Rowling, la creadora de la saga Harry Potter, en un acto de caridad, y le han pedido que no muera Harry. Irving ha declarado "Mis dedos están cruzados por Harry" mientras que King hizo referencia a la catarata de Reichenbach, lugar donde estaba destinado para ser el escenario de la muerte Sherlock Holmes, pero al final su autor tuvo que salvarlo por la presión de sus lectores: "No quiero que él (Harry Potter) vaya a la catarata de Reichenbach" ha dicho.
Sin embargo, Rowling -audaz en el marketing- no ha dado su brazo a torcer tan rápidamente y ha sido bastante ambigua: "Estamos trabajando con el final que tenía planeado, pero un par de los personajes principales que pensaba que iban a sobrevivir han muerto y otro ha sido indultado" dijo para crear aún más expectativa, y luego acotó con sadismo refiriéndose a sus pequeños lectores: "Creo que se tienen que endurecer de alguna forma. Hay un mundo cruelmente literario ahí afuera". ¿Y ésta reina del marketing y del Focus Group es la divorciada solitaria que pidió un préstamo para escribir un librito que nadie quiso publicar sobre un niño mago? ¡Ja!