La vida interior
[EL PAIS] A través del blog de Alejandro Gándara me entero de una entrevista a Paul Auster que apareció la semana pasada en "El País", realizada por Jesús Ruiz Mantilla, en la que se habla de su novela Brooklyn Follies, de la filmación en Lisboa de su película "La vida interior de Martin Frost" (donde participa su guapa hija Sophie) y del premio Príncipe de Asturias. También habla de algunos escritores como García Márquez y el "realismo mágico", que para Auster no parece ser una mala palabra: "Mi obra tiene una escala muy ancha. Hay novelas muy atadas al suelo. A mí también me resulta extraño ser al tiempo el creador de Mr. Vértigo, la historia de un chico que levita, como también les ocurre a algunos en Macondo, y de Brooklyn follies. O haber filmado una comedia loca como Blue in the face y una película como Lulu on the bridge. Pero la medida de eso ya lo da Shakespeare; para él, un día era una tragedia, y otro, comedia. De lo que se trata es de hacerlo bien". Una de sus respuestas está dedicada a Philip Roth, quien fue también candidato al Asturias: "Lo gracioso es que, aunque los dos hemos nacido en Newark, Nueva Jersey, nos conocimos por primera vez en un restaurante en Nueva York una semana antes de que me viniera a Portugal a rodar. Hablamos y me dijo: “Tenemos que volver a Newark juntos”. Me pareció muy simpático, encantador. Es un escritor completamente opuesto a mí, otra sensibilidad radicalmente distinta. Aunque compartimos gustos: él adora a Conrad, como yo".
Sobre el oficio literario dice unas frases que me parecen especialmente lúcidas, aunque no necesariamente originales: "Creo que todo mi trabajo reta a las dudas, busca un equilibrio en un mundo inestable. El escritor es un ser dudoso; no sólo del mundo, sino de sí mismo. Si no dudaras, si no te plantearas lo que realmente merece la pena de lo que haces, no valdría para nada, no sería bueno. Nunca he conocido a un buen escritor completamente seguro de lo que escribe. Lo que la gente no entiende es que te sientes a escribir una novela de un tirón. Escribes muchísimas cosas que no valen nada, lo tiras, luego lo vuelves a intentar; así que lo que aprendes cada día es lo inútil que puedes llegar a ser, y eso es una cura de humildad".