Efraín Medina Reyes
[LA MOVIDA LITERARIA] En el blog "La Movida Literaria" aparece una entrevista a Efraín Medina Reyes, el desenfadado narrador colombiano Efraím Medina Reyes -autor de Técnicas de masturbación entre Batman y Robin- titulada: "Escribo porque para todo lo demás existe Mastercard". La nota ha sido posteada también en el propio blog de Medina Reyes, un autor que se ufana de ser boxeador y que encjaría muy bien en la "onda" de "escritores-no-literarios" que transitan con bastante entusiasmo y aspaviento en la literatura (flagrante contradicción) de nuestro idioma. " No sé qué rayos sea “el mundo de la literatura” y no me interesa saberlo. He vivido en el mundo de mi familia y mis amigos y espero seguir compartiendo muchos años más ese mundo" dice, y luego agrega: "Desde que empecé a escribir jamás he tenido bloqueos ni dudas al respecto; quizá sea porque no le doy demasiada importancia al hecho de escribir, para mí es algo más que tengo en la vida y me gusta y emociona pero no tanto como escuchar a mi madre cantando boleros. Supongo que dejaré de escribir un día, quizá sin darme cuenta como he ido dejando tantas otras cosas". Una perla más a la cultura del "anti intelectualismo": "Me parece cómico que alguien quiera ser escritor, sin duda que preferiría mil veces ser el bajista de 7 Torpes Band o jugar con Alex del Piero en el Juventus".
En el blog y en la página podemos ver una polémica de Efraín Medina Reyes con otro narrador colombiano, éste de extraordinaria calidad literaria, llamado Héctor Abad Faciolince, sucedida a principios de febrero. A partir de una columna en "Semana" titulada "La cultura de la queja", en la que Héctor Abad cita una frase sinceramente demagógica de Medina ("Otro genio, y boxeador, desde su ameno refugio en Italia, dice que tiene asco porque los escritores visitantes se quedan en la parte bonita de Cartagena sin ir a las partes más feas ni ver la realidad de la pobreza"), Medina responde con injustificada virulencia y ataques personales en una columna titulada "La cultura del cortesano", en la que dice: "Si Abad enjuicia la, a mi modo de ver, sana y necesaria “cultura de la queja” que diría de la también colombiana, ruin y peligrosa “cultura del cortesano” que está dispuesto a mentir, intrigar, tergiversar o guardar un silencio cómplice con tal de complacer a sus amos". Como pueden ver, en todas partes se cuecen habas.