MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

El penúltimo maestro

Roberto Bolaño. Fuente: lanzallamas.com

Lo que más me entusiasma de la nota que apareció en "El País" (además de agradecerle la gentil mención a mi nombre) de Javier Rodríguez Marcos sobre Roberto Bolaño es el título: El Penúltimo Maestro. Sí pues, siempre hay espacio para uno más. Hay que esperarlo con esperanza y sin desesperación. Y cuando aparezca, como cuando apareció Bolaño, podremos decir que ya tenemos un nuevo Penúltimo Maestro y seguir esperando al próximo hasta que descubramos que los verdaderos maestros no son los que tienen algo interesante o importante que decir, sino aquellos que nosotros elegimos libremente como maestros cuando aprendemos el arte de ser discípulos.
"La literatura no está para dar a conocer la realidad de los países latinoamericanos, para eso está Halcón Viajes, que te proporciona billetes baratos". Roberto Bolaño, que frecuentaba poco los saraos de escritores, dijo esto en un encuentro de narradores latinoamericanos celebrado en Sevilla en junio de 2003, es decir, pocas semanas antes de su muerte. Aquellas jornadas -que dieron lugar al volumen Palabra de América (Seix Barral)- fueron inauguradas por Guillermo Cabrera Infante y contaron con la participación de autores nacidos en los alrededores de los años 60 como Rodrigo Fresán, Santiago Gamboa o Iván Thays. Su conclusión fue rotunda: el nuevo maestro era Roberto Bolaño. Sin pretenderlo y casi a su propio pesar, el escritor chileno se había convertido en el eslabón perdido entre dos generaciones. Aunque el mundo no se diera por aludido, narradores como Juan José Saer, Di Benedetto, César Aira o Fogwill habían demostrado ya que entre Macondo y McOndo había vida inteligente. Pero tuvo que llegar Bolaño para poner boca abajo para siempre las viejas controversias entre regionalismo y cosmopolitismo, alta cultura y cultura pop, Borges y Manuel Puig.

Este post me salió medio Osho Zen, ¿no? Es que no como.

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6:41 p. m.

Tenía razón Edmundo Paz Soldán cuando dijo que no era cierto que habías dejado de publicar desde el 2001. Leer tu Moleskine Literario es como leer una nueva novela, tipo La disciplina de la vanidad: pequeños fragmentos, un gabinete de anticuario, los apuntes de un artista vacilante y vanidoso.

Esta es una gran novela.blog

Alonso    



11:07 a. m.

Yo encantado con Boñalo. Manipulé a un amigo para que me comprara Los detectives salvajes, y me demoré harto tiempo en leer cada palabra, cada una con velocidad de hormiga, y se le admira, me encanta su estilo. Lo de los maestros es infinito, supongo, siempre nacerá una más, concuerdo, sólo espero que no nos detruyamos antes. Suerte.

Por cierto, ¿dónde fue tomada la foto?    



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