MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Oe reseñado

carátula del libro en versión japonesa. fuente: cogito-kobo

Una gran noticia para quienes, como yo, creemos que si el Premio Nobel se pudiese dar dos veces Kenzaburo Oe debería ser el primero en volver a ganarlo. Seix Barral ha decidido editar la trilogía inédita en castellano del gran Kenzaburo Oe, que se inicia con Renacimiento y continuará con ¡Adiós a mis libros! y El chico de la cara melancólica. Kogito, el personaje central, es un alter-ego del escritor, con el típico sello de novela autobiográfica como lo son obras posteriores como Una cuestión personal. Mercedes Monmany le hace los honores:


En Renacimiento, Kogito es un escritor que empezó a cultivar el género novelístico a los veinte años recién cumplidos. Después de escribir durante veinticinco más, se percató de que había llegado «a un punto de inflexión» en su carrera. Cuando pasó de los cuarenta y cinco, las cifras de ventas de sus libros «empezaron a bajar» y, en el proceso, como le recordará su cuñado desaparecido, «perdiste a los grandes lectores de tu juventud». Conforme al carácter neurótico que siempre le caracterizó, la conciencia de tener que salir del atolladero creativo sumió a Kogito en una gran crisis que le impedía avanzar en nuevas obras, hasta que se dio cuenta de que para salir de ella el único remedio era sencillamente ponerse de nuevo a escribir. Es en esos momentos, en los cuales experimenta una mayor dificultad para expresarse y, sobre todo, para entender el lenguaje y «las palabras de directores de cine y guionistas de edad parecida a la suya, hasta de los comentaristas de arte y sociedad», cuando recibe la fatal noticia de que su cuñado, su mejor amigo e interlocutor desde la infancia, acaba de fallecer. Algo que sucedió en la realidad, ya que Juzo Itami, famoso cineasta y cuñado de Kenzaburo Oé, se quitaría la vida, conmocionando a la sociedad japonesa: muchos vieron en ello la mano de la banda criminal yakuza. Fue ese cuñado el que, conociendo el pesimismo de su amigo Kogito, «crearía una barrera para que no se suicidara». Apoyando su valía, sus posibilidades geniales y su originalidad, Goro le animará a presentarse a un conocido premio. A él y a otros amigos también muertos, Kenzaburo Oé les dedica su trilogía; como él mismo dijo, «para poder dialogar con ellos». Eso es lo que hará con su cuñado desaparecido, mediante un procedimiento de su invención: conversar, alternando perfectamente las voces, como si estuviera aún vivo, con una treintena de cintas grabadas que el muerto le ha legado, junto al poema preferido de los dos en su juventud: Adieu, de Arthur Rimbaud.

También pueden leer la reseña que hace Rafael Narbona en "El Cultural" de hoy.

Etiquetas: , , ,

« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario