Dejen a Camus en paz
La de nunca acabar. Si piensan que solo los países tercermundistas -o en vías de desarrollo- como el Perú o Argentina quieren mover huesos ilustres (Vallejo, Borges) de un lado a otro para llamar la atención se equivocan. En Francia, el presidente Nicolas Sarkozy (conocido por estar casado con Carla Bruni y por tener como hobby mirar nalgas pulposas en las Cumbres Presidenciales) ha pedido que trasladen los restos de Albert Camus al Panteón de París. Los herederos se rebelan. Dice la nota:
Jean Camus dijo que enterrar los restos de su padre en el Panteón sería contrario a los deseos del autor de La peste y no quiere que su legado sea puesto al servicio del Estado. Sarkozy había propuesto el jueves pasado que los restos del autor de El extranjero y fuesen trasladados al Panteón, el monumento en el corazón de París que alberga las tumbas de las grandes figuras francesas, como Voltaire, Víctor Hugo, Zola, Pierre y Marie Curie, André Malraux y Alejandro Dumas, entre otros."Sería un símbolo extraordinario (...) llevar a Albert Camus al Panteón", con ocasión del 50º aniversario de su muerte, afirmó Sarkozy. Pero los hijos del Premio Nobel de Literatura 1957, Catherine y Jean, no parecen muy convencidos con esa iniciativa, según los medios de comunicación franceses.Mientras Catherine se dice "indecisa", fuentes cercanas a su hermano gemelo, Jean, aseguran que éste estima que ese traslado al Panteón no es conforme con la manera austera de vivir de su padre, y piensa incluso que, con su propuesta, Sarkozy busca sobre todo beneficiarse de la memoria del filósofo y novelista.Según esas fuentes, citadas por el diario Le Monde en su sitio en Internet, Jean piensa que los restos de su padre - que nació el 7 de noviembre de 1913 en Argelia y falleció en Francia el 4 de enero de 1960, en un accidente de tráfico - deben permanecer en el cementerio de Lourmarin, el pueblo del sur de Francia donde está sepultado. Ese traslado sería "un contrasentido", opina Jean, señalan las fuentes citadas por Le Monde. Catherine, aunque estima que la propuesta de Sarkozy es un "buen símbolo", señaló el sábado a una emisora francesa "sus dudas" sobre esa iniciativa.Recordó también, en declaraciones a la radio, que su padre padecía de "claustrofobia" y que "no le gustaban los honores", y dijo que no sabía cuál será "su decisión" sobre la propuesta del mandatario francés.
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