Alfredo Bryce Echenique sobre Un lugar llamado Oreja de perro
Alguna vez Alfredo Bryce Echenique dijo, citando a algún otro escritor, que también escribía para que lo quieran más. Definitivamente, leer a un autor admirable es una forma de aprender a querer a alguien. Yo aprendí a querer tempranamente, siendo un adolescente, a Bryce Echenique gracias a su novela Un mundo para Julius. Pero lo quise aún más, con una admiración rendida y definitiva, cuando leí La vida exagerada de Martín Romaña. Martín Romaña para mí es uno de los personajes más entrañables e inolvidables que ha dado la literatura latinoamericana. Por eso es tan significativo saber que en el reciente número de "Cuadernos Hispanoamericanos" Alfredo Bryce Echenique ha tenido la amabilidad de hablar de mi novela con tanta genorosamente en una reseña titulada "Un vuelco notable". Para mí, es como si Julius me invitara a su cumpleaños o Martín Romaña me invitase un trago para hablar intermitentemente de Octavia de Cádiz. Un auténtico honor.
Dejo en la sección de notas la reseña completa. Aquí unos fragmentos:
Hoy, en una lejana playa del sur de Lima, acabo de leerme de un tirón Un lugar llamado Oreja de Perro, y hasta minutos antes de escribir estas líneas he releído una y otra vez numerosas páginas y párrafos de este libro tan parco como insólitamente elocuente, que no sólo marca una ruptura casi total con la obra anterior de Thays, sino que además está escrito en una clave absolutamente autobiográfica que poco o nada tiene que ver, por ejemplo, con El viaje interior, por citar tan sólo una de sus anteriores novelas. La nueva novela de Iván Thays es el relato frío, seco, y aterradoramente conmovedor de una tragedia personal: la muerte de un niño de tan sólo tres años de edad y la consiguiente separación de sus jóvenes padres, como consecuencia de tanto y tamaño dolor.
De este escenario hecho añicos partirá un joven periodista a vivir su duelo en Oreja de Perro, un muy alejado poblacho ayacuchano en el que aún continúan ardiendo las atroces huellas de la guerra senderista, con todas sus consecuencias de miedo y de dolor. Reina un silencio a gritos por todas partes en este lugar olvidado de la mano de Dios, donde lo peor de todo es precisamente esta manera del silencio que nos lleva, cómo no, al genial relato de Juan Rulfo titulado “Luvina”, en el que logramos escuchar nada menos que el ruido del silencio con sus aterradores, macabras voces.
(...)
La asombrosa parquedad con que Ivan Thays nos cuenta una tragedia particular sobrepuesta a otra colectiva es sin duda el más grande logro de esta novela perturbadora. La precisión y concisión del vocabulario, la sabia distribución de las escasas pero altamente significativas reiteraciones, la asombrosa rigidez con la que asistimos al absurdo y patético deambular de un alma en pena por una geografía difunta, poblada por vidas rotas, en lo más íntimo y en lo más perceptible, son otros tantos logros de un escritor que en esta novela memorable realmente nos asombra por la limpia y perfecta ejecución de un salto triple mortal y sin red.
Etiquetas: alfredo bryce, anagrama, españa, NOTICIA, oreja de perro, peru, thays
Enhorabuena, señor Thays.
6:39 p. m.
Lineas 9 y 10: "con tanta genorosamente" (Fe de erratas) No es necesario que publiques este comment.
Saludos.
7:37 a. m.
Muy bien por ud. y su obra Ivan, pero le repito: nada que se consigue en un lugar llamado Bogotá.
8:45 a. m.
Debe ser gratísimo leer a Bryce hablar sobre tu novela. Yo una vez soñé que Bryce me concedía una entrevista y al despertar me imaginé como sería:
http://www.noticiastrujillo.com/index.php?option=com_content&task=view&id=29385&Itemid=242
Saludos
Valery Bazán
» Publicar un comentario