Cueto entrevistado
En la entrevista, Cueto dice: "Nunca he podido responder con certeza a una que me hacen siempre: por qué escribo. La más adecuada es la que dio Borges una vez: para evitar el arrepentimiento que sentiría si no escribiera. Es una sensación más instintiva que otra cosa. Me parece bastante artificial la idea de que uno escribe para dar un mensaje a la humanidad, o para rescatar valores. Los escritores son gente que ha dado forma, obsesivamente, a algo natural que todos tenemos: el impulso de contar historias. El escritor convierte eso en una manía cotidiana. No sé por qué ocurre: a lo mejor tiene que ver con una infancia traumática".
Por otra parte, habla sobre los finales felices" de sus novelas y las críticas adversas: "En fin, me han dicho que tengo una perspectiva señorial (se ríe). Y posiblemente la tenga, porque los personajes pertenecen a esa clase social. A mis libros en general le critican los finales felices. O que al menos no sean tan dramáticos, tan trágicos. De eso me acusan. Y yo creo que cada uno tiene una forma de ver la vida. Dentro de las tragedias, los dramas y las violencias del mundo hay un lugar para la esperanza, para la reconciliación, y es mi perspectiva de las cosas. La gente con más vocación para la desesperanza lo verá de otra manera. El final triste tiene mayor prestigio literario. Pero en la vida unas historias acaban bien y otras mal, y otras en el medio; a mí me interesan las que acaban entre el bien y el mal, con alguna zona hacia la esperanza. Es mi experiencia de vida".
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