Un cuento de Ponte
[LETRAS LIBRES] Uno de los autores latinoamericanos que más expectativas despierta es el cubano Antonio José Ponte, un autor de culto cuyo nombre se escucha hace unos años siempre en voz baja o al oído. Ahora, creo, es más reconocido. En el 2005 el Fondo de Cultura Económica publicó una edición de sus cuentos (Un arte de hacer ruinas y otros cuentos), que encontré en Lima . Y antes de la FIL Santiago, leí una entrevista en La Nación a Jorge Herralde donde anunciaba que publicaría algo de él. Por lo pronto, en Letras libres pueden leer un cuento suyo: "De este lado del muro". El cuento empieza así:
"¿Y qué dinero tienes para alquilar un sitio?”, le preguntó su madre.
Hablaba de dólares, por supuesto.
“¿Dónde van a pagarte una cantidad así?”
Hasta entonces había podido mantenerse lejos. Toda su adolescencia en internados, los veranos en campamentos.
Sin echar de menos hogar o familia. Como si fuese la mejor de las vidas.
“¿O tienes alguna mujercita que te lleve a vivir a su casa?”
Los suyos se habían habituado a que estuviera lejos, a no pensar en él.
“Estoy hablando contigo, muchacho. ¿Qué salida te queda?”
Claro que no tenía otra salida. Pero, ¿con qué cara avisarle a una parienta a la que nunca había visto, su propósito de irse a vivir con ella?
“¿Y con qué cara vuelves aquí?”, interpretó la mirada de su madre.
“Me parte el alma levantarme de madrugada, y encontrarte en el piso como un perro”, fue lo que dijo ella.
"¿Y qué dinero tienes para alquilar un sitio?”, le preguntó su madre.
Hablaba de dólares, por supuesto.
“¿Dónde van a pagarte una cantidad así?”
Hasta entonces había podido mantenerse lejos. Toda su adolescencia en internados, los veranos en campamentos.
Sin echar de menos hogar o familia. Como si fuese la mejor de las vidas.
“¿O tienes alguna mujercita que te lleve a vivir a su casa?”
Los suyos se habían habituado a que estuviera lejos, a no pensar en él.
“Estoy hablando contigo, muchacho. ¿Qué salida te queda?”
Claro que no tenía otra salida. Pero, ¿con qué cara avisarle a una parienta a la que nunca había visto, su propósito de irse a vivir con ella?
“¿Y con qué cara vuelves aquí?”, interpretó la mirada de su madre.
“Me parte el alma levantarme de madrugada, y encontrarte en el piso como un perro”, fue lo que dijo ella.