Gracias a una res
[EL COMERCIO] No existe ninguna novela genial que no tenga detrás un mito. Y eso ocurre con la novela Cien años de soledad, que este año cumple 40 años de publicada por Sudamericana y que tiene más de 30 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. La nota cuenta cómo se le ocurrió a Gabo la novela en México: "Corría el año 1965 cuando el escritor colombiano viajaba en automóvil con su familia desde Ciudad de México a Acapulco, sobre el Océano Pacífico, cuando, a la altura de Cuernavaca, tuvo un percance y decidió desistir de la travesía. Una res se le había atravesado en el camino, le averió el vehículo y lo obligó a regresar a casa. García Márquez cuenta que en ese hecho fortuito vislumbró por fin las claves que andaba buscando para escribir su primera gran novela: "La tenía tan madura que hubiera podido dictarle allí mismo, en la carretera de Cuernavaca, el primer capítulo, palabra por palabra, a una mecanógrafa", diría García Márquez mucho después, al evocar ese momento de inspiración".
Es decir, todo gracias a una res extraviada. Un animal, por cierto, que suele aparecer mucho en las novelas de García Márquez. ¿Le creemos? Bah, igual a la gente le gusta escuchar historias como ésta (¿y qué me dicen de la del rizador de pelo de su mujer que sirvió para pagar el costo del envío de los manuscritos a Buenos Aires?) y siendo Cien años de soledad lo que es, se le permite todo.
En la foto, primera edición de la novela en Sudamericana que venden a 4,500 dólares en Karno Books