MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Más sobre la encuesta



[ENCUESTA] Si eliminamos el distractor equívoco que significó colocar La hora azul y el nombre de Alonso Cueto en la primera encuesta, tenemos que el pastel se dividió en porcentajes iguales entre La violencia del tiempo de Miguel Gutiérrez y Un mundo para Julius de Alfredo Bryce Echenique, además de una votación muy grande (la más extensa) para la opción "ninguna de las anteriores". Sobre esta última votación, queda claro que las novelas colocadas en la encuesta representan para la mayoría de lectores el grupo canónico de la narrativa peruana última y ese grupo les resulta incuestionable. Y sobre la pelea, voto a voto, entre Bryce y Gutiérrez ¿qué podemos decir? Algo que resulta obvio: la literatura peruana está dividida como por un tajo en esos dos "bandos" que implican los "criollos" y los "andinos" según Zeín Zorrilla, quien fue el primero en usar esos términos.

En representación de los "criollos", la primera novela de Alfredo Bryce Echenique significa para muchos el autor occidental, exitoso y reaccionario que encarna una imagen parcial de la literatura peruana (parcial en cuanto soslayaría, según ellos, la existencia una literatura marginal, andina o "políticamente incorrecta"). Hay que anotar que, curiosamente, Un mundo para Julius fue valorizada cuando apareció en los años 70 como un ataque "desde dentro" a la oligarquía peruana. ¿Qué ha pasado para que aquel "ataque" se convierta en un "canto de cisne" nostálgico? Quizá solo el éxito internacional del autor. Y en cuanto a La violencia del tiempo, hay que decir que para muchos esa novela -sin ser andina- representa el mayor esfuerzo, el proyecto más ambicioso, destinado a escribir una historia distinta en la literatura peruana. Gutiérrez es consciente de eso y en su propia novela hace una interesante reflexión sobre la bastardía a partir del origen de su protagonista, sobre el linaje marginal y la manera en que su existencia pone en jaque la solidez del mundo occidental y oligarca. La novela fue tan bien recibida el año de aparición (1992) que se convirtió en el ejemplo de la otra-literatura, ejecutado además por quien unos años antes había alabado sin reparos a Abimael Guzmán en un ensayo sobre la Generación del 50, y unas décadas antes había integrado el grupo "Narración" de obvia filiación maoísta (como lo comprueba el que en su primer número aparezcan los postulados sobre cómo debe ser el arte de Mao). Su alta votación se puede interpretar también como un rechazo a esa filiación política, o en general a la idea de una literatura "comprometida" como paradigma.

Un dato más: la única novela que no obtuvo ningún voto fue Los ríos profundos de José María Arguedas que, al parecer, es una obra que para la mayoría consigue reunir la excelencia narrativa con la honestidad del autor a la hora de representar su mundo. No así, en cambio, Todas las sangres, que sí obtuvo varios votos.
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario