Los raros de Aira
[REVISTA DE LIBROS] La semana pasada, César Aira estuvo en Santiago de Chile y fue entrevistado por Alvaro Matus para la "Revista de Libros" de El Mercurio. De arranque, Aira hace un enorme elogio, muy a su estilo, a la narrativa chilena: "La literatura chilena siempre me está dando sorpresas felices. Cuando ya creo que he agotado todas sus extrañezas, aparece algo más insólito todavía. Los chilenos tienen una fama bien ganada de razonables y disciplinados, que hace contraste con la anarquía mental de los argentinos, pero yo creo que estas características producen una presión que a la larga estalla, y cuando aparece un raro, es rarísimo". Entre esos raros-rarísimos menciona a Juan Emar y Diez, y a Héctor Pinochet, autor de El hipódromo de Alicante (nota mental: pedirle a mis amigos chilenos que me busquen este libro en "Metales pesados" de Parrita).
Luego, responderá con contundencia a la pregunta sobre si se considera un escritor excéntrico: "Seamos sinceros: toda biblioteca, hasta la más clásica y formal, es un catálogo de rarezas y excentricidades, cuando no de casos psiquiátricos. El tiempo suele limar las aristas y normalizar, pero aun así, bien pensado, ¿qué escritor no fue un "raro"? Uno se pregunta por qué, habiendo tantísima gente que escribe, hay tan pocos escritores buenos. Creo que es porque para que alguien llegue a ser un escritor realmente bueno tienen que coincidir en él dos cualidades opuestas: tiene que ser lo más inteligente posible, para poder escribir (que no es fácil) y simultáneamente tiene que estar lo más loco posible, para que lo que escriba valga la pena. Esa conjunción de extremos se da muy pocas veces, una en un millón, y el resultado es un Kafka, o un Proust, o un Pessoa, que es de quien voy a hablar en Santiago".