Adiós "Dietario Voluble"
Como si la despedida bloggera de Jean Francoise Fogel no fuera suficiente pena, el domingo pasado Enrique Vila Matas publicó su último "Dietario Voluble" en la edición catalana de El País. Una semana antes había anticipado el alejamiento:
Penúltimo dietario de una exhaustiva temporada de 185 semanas que llega el próximo domingo a su final. La vida, en cualquier caso, de no mediar una catástrofe que nunca se puede descartar, continuará. Y el dietario -voluble también hasta en los días en los que su registro parece estable- regresará al silencio del que procede, volverá a ese ambiente de intimidad tan propio del diario secreto. En su nueva atmósfera, el dietario forzosamente cambiará de tono y si hasta ahora, por dirigirse al lector de prensa diaria, se había ocupado esencialmente de asuntos públicos -de ahí que hablara de la vida y obra de los otros y casi nada del dietarista, cuya biografía, para colmo, era inventada-, pasará a concentrarse en cuestiones más privadas y, libre de las exigencias de lo que está destinado a ser editado, puede que vaya asemejándose a las fluctuaciones de mi pensamiento y me acerque a una libertad no conocida desde hace tiempo: una escritura pensada, no escrita; una vuelta a los orígenes, a cuando estaba muy concentrado y no había escrito un solo dietario. Y aunque obviamente, siendo secreto, no es necesario que vaya firmado, me imagino ese diario mental bajo la rúbrica de un seudónimo. Una máscara siempre da mucha tranquilidad, y hasta quizá permita llevar las cosas al sótano frío de mi más fría personalidad desconocida. Aunque quién sabe si a la larga no será como aquello que decía Eliot de traducir: otro camino de ser uno mismo.
El último "Dietario Voluble", publicado el domingo pasado, está destinado al miedo. Dice: "En la vida, igual que en la literatura, no se descubre tierra nueva sin acceder a perder de vista primeramente, y por largo tiempo, toda costa. Voy pensando que en la vida cuentan únicamente los que no temen la alta mar y van más allá de Llavaneres y, lanzándose hacia lo desconocido, entran, como nosotros ahora, en esta calle barrida por el viento, en esta estrecha calle de casas no numeradas que llaman Little Big Horn."
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