Los genios rumanos
Rumanía es un pequeño países que ha dado grandes genios literarios. Esa es, al menos, la conclusión a la que llega César Antonio Molina en su artículo en el ABCD las letras y no está muy desacertado. A través de la triada Cioran-Ionesco- Eliade se hace una exploración sobre la siempre sorprendente literatura rumana. Muy recomendable. Dice:
Cioran y su generación, explica Vartic en Cioran ingenuo y sentimental (Mira Editores, 2009), repleta de genios de trascendencia universal, habían nacido con una «sed demiúrgica» en una cultura de «calibre» minúsculo que era el reflejo de un país «liliputiano». En No, Ionesco no daba ninguna oportunidad a la cultura rumana. Tampoco a compatriotas como Eliade o Cioran si no daban el salto fuera de ella. La cultura rumana, al carecer de importancia, no era considerada seria, imitaba a la europea, era una pariente pobre. El propio Ionesco se veía condenado a la marginación. En realidad, los rumanos se sentían orgullosos de no ser nada, de vivir al margen de la Historia, y les perturbaban personalidades tan extraordinarias como las de Cioran-Eliade-Ionesco, con un sentimiento de eternidad y absoluto. Personalidades tan gigantescas que un país pequeño no era capaz de asimilarlas. Vartic lo ejemplifica muy bien utilizando el personaje de Schiller, Fiesco.(...) «Únicamente estimo en este país a aquellos que han querido dejar de ser rumanos, pues sólo ellos podrán ser los rumanos del mañana. Ser rumanos de verdad implica no querer ser rumanos tal como se entendía hasta ahora», escribió Cioran. Eliade e Ionesco dejaron de serlo, aunque no del todo. El primero comprendió lo grande que podía llegar a ser un rumano cuando sale al mundo; el segundo reconoció que la revuelta contra la cultura de su país dio lugar a una edad dorada en el extranjero. Los complejos de inferioridad siempre han sido asumidos por infinidad de pueblos pequeños. Decía Gombrowicz: «Nací en un país donde la actividad principal de todo el mundo es la de lamentarse». (...) «No hago nada y ni siquiera pienso, me rondan algunos pensamientos y yo los dejo en libertad.» Cioran, adlátere de Dios en el monólogo del solitario. «Cuando estoy solo estoy completo, y cuando estoy con otros no estoy completo.» Cioran sin los hombres, sin la patria, sin Dios. Para él, Dios era su infinita intimidad e individualidad. A Dios lo consideraba una especie de álter ego, un compañero de soledad absoluta en plena noche. Cioran, filósofo de la confesión, de la subjetividad y la literatura, como Séneca, San Agustín, Montaigne, Pascal, Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche. Filósofo del fragmento como expresión donde fija por escrito sensaciones, estados, accesos, reacciones, todas de carácter fulgurante. Dandi metafísico viviendo en un ático, en la rue de l?Odéon, en compañía de las nubes. Comparto con él esta frase de Baudelaire: «Siempre me ha producido verdadero espanto llegar a ser una persona útil». Eliade-Ionesco-Cioran y tantos y tantos otros, ¡Rumanía ya en la Historia!
Etiquetas: cioran, ionesco, mircea eliade, NOTICIA, rumania
Eso de la foto no es "una calle rumana", sino una calle de Paris. Ciudad donde este señor vivio.
Lo de al fondo es la iglesia de la Madelaine, sino me equivoco.
1:25 a. m.
No, el fondo es el Teatro de l'Odéon y Cioran está saliendo de su casa, aquella buhardilla en la rue de l'Odéon. JMS
http://silesjm.wordpress.com/2008/11/21/vuelta-a-cioran/
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