MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Las lecturas de Fuentes

Carlos Fuentes. Foto: damian dovarganes/ daylife

Buen momento para Carlos Fuentes. No solo acaba de publicar una nueva novela (La voluntad y la fortuna, editada por Alfaguara) sino que ha recibido anoche en la ciudad de Toledo el Premio Internacional Don Quijote de la Mancha junto al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. En su discurso de aceptación declaró:

¿Por qué es tan actual Cervantes? ¿Por qué Don Quijote? Cruzando el Atlántico la víspera de la II Guerra Mundial, Thomas Mann escogió el Quijote como la lectura que le permitiría, a un tiempo, despedirse de Europa y asegurarse a sí mismo el regreso a un continente devastado pero salvado, acaso, por la permanencia de unas cuantas obras de arte. Thomas Mann le decía no a un mundo que en sí mismo era una negación. Pero le decía sí al mundo de Don Quijote. Imagino que Thomas Mann rescató un ejemplar -uno solo- del Quijote a punto de incendiarse para siempre en la fogata con la que el régimen totalitario quería convertir en cenizas cuanto negase su poder. ¿Y por qué sería Don Quijote el libro a rescatar de las llamas? Acaso porque a partir del Quijote se puede recrear el mundo. Como si el mundo estuviese siempre a un paso de la catástrofe y sólo la palabra pudiese salvarlo, la imaginación sostenerlo y la acción proyectarlo. Toda gran obra literaria nos propone la salvación mínima de la palabra. Toda gran obra literaria nos propone imaginar. Tenemos un pasado que debemos recordar. Tenemos un porvenir que podemos desear.

Por cierto, hace unos días me enviaron una larga entrevista a Carlos Fuentes en la que hablaba del brillante porvenir de las letras mexicanas contemporáneas, mencionando a los chicos del Crack, como Jorge Volpi e Ignacio Padilla, además de Cristina Rivera Garza, todos ellos buenos escritores y buenos amigos suyos, subrayó. De acuerdo, los tres mencionados son estupendos autores pero lo que llama la atención es que una larga lista de escritores mexicanos actuales, que la han convertido en la más dinámica de Latinoamérica, fue omitida por Fuentes. Y da la casualidad que todos han sido publicados por Anagrama. Me refiero a nombres indispensables como los de Mario Bellatin, Juan Villoro, Alvaro Enrigue, Guillermo Fadanelli, y aún más jóvenes como Antonio Ortuño o la estupenda Guadalupe Nettel (sin mencionar a generaciones anteriores, como Sergio Pitol o Margo Glantz). ¿Es que Fuentes no lee los libros de Anagrama? Habrá que decirle a Colofón -la editorial que publica los libros de Anagrama en México- que esta navidad le haga un bonito paquete, con su lazo bien puesto, con todas las novedades mexicanas para mandárselas a Fuentes. Y que no olvide, por cierto, poner en el paquete por lo menos Los detectives salvajes y 2,666 de Roberto Bolaño. A ver si se entera de una vez.

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6:30 a. m.

Oye, y por qué el tiene que leer a Bolaño. Fuentes tiene una obra más balanceada que Bolaño. Y por cierto, el escritor joven mexicano más interesante es Martin Solares. Ni tu ni Fuentes lo mencionan.    



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