Gonçalo M. Tavares entrevistado
"No tiene derecho a escribir tan bien a los 35 años, dan ganas de darle un puñetazo", esas fueron las palabras que José Saramago le dedicó a Gonçalo M. Tavares, un joven escritor portugués que lentamente está cimentando su fama en España gracias a los libros sobre sus curiosos personajes literarios ( El señor Henri, El señor Valery) como sus novelas Un hombre: Klaus Klump o La máquina de Joseph Walser, editadas por Mondadori. En "Babelia" lo entrevistan.
Dice el autor: "Escribo intensamente desde los 20 años. No quise publicar pronto. Intencionadamente, no quise publicar antes de los 30. Primero, me parecía fundamental el aislamiento. Ir viviendo y, al mismo tiempo, leer y escribir. Durante 10, 12 años, me levanté muy temprano. Me levantaba a las cinco y media y a las siete estaba en mi escondrijo; leía y escribía. Kierkegaard decía que sólo es posible llevar una buena vida si tenemos un buen escondrijo, y que tener un buen escondrijo es tener una buena vida. Siempre he intentado encontrar un buen puesto de vigía del mundo. Desde muy pronto sentía, no sé muy bien por qué, que después de publicar, de hacer algo público, las cosas cambian; por eso decidí retrasarlo lo más posible. Publiqué el primer libro con 31 años, enseguida salieron otros; todos ellos estaban ya escritos cuando se publicó el primero. Todavía hay otros libros sin publicar, de esa fase del escondrijo y de fases más recientes. Siempre llevo varios años de adelanto entre lo que está ya escrito y lo que publico. Esto me permite defenderme de lo que va sucediendo a mi alrededor, adquirir una cierta distancia casi estoica; yo no soy lo que me acontece; intento seguir un poco ese mandamiento. Y por otro lado, tengo tiempo para mirar los libros que he escrito y cortar, cortar sin piedad, porque espero por lo menos un año, año y medio, entre el momento de escribir, el momento creativo, digamos, y el momento en que publico. Y antes de publicar, corto, altero, y corto de nuevo. Algo que no podría hacer si publicase nada más escribir. Para dar una idea, un libro de cuentos recientemente editado en Portugal lo escribí hace cerca de 12 años y no se publicó hasta el año pasado."
Además, habla sobre el motivo central de su obra: "Tuve una infancia muy física. Siempre he leído bastante, pero al mismo tiempo jugaba a la pelota, me peleaba, tomaba el sol. Jugaba mucho al fútbol; era delantero y recuerdo los golpes que recibía. Acostumbro a decir que primero tuve dolores en el metatarso y sólo después sentí dolores en la metafísica. Si estuviese leyendo el libro más fascinante, pero alguien me pisara el meñique del pie, sentiría dolor y ese dolor, aparentemente insignificante, me obligaría a abandonar el libro. El dolor va a ocupar todo mi cerebro. Y por eso respeto mucho el dolor, lo físico, lo concreto. Esto me ha permitido establecer un equilibrio entre las ideas y la parte concreta del mundo. Me gusta escribir sobre cosas y sustancias que se pueden tocar"
Aún no había llegado yo a Tavares, pero suena interensante su método de escritura y publicación. Me llama especialmente la atención la necesidad -compartida- de tener un refugio de lectura, escritura y pensamiento. Ahora sólo me falta encontrar el tiempo para meterme en el refugio. Envidio sus madrugones reservados para el encierro productivo.
Gracias por la recomendación. Saludos.
7:13 a. m.
¡Qué gran tipazo! Bendito escondrijo el de Tavares, tan lejano del prurito publicador de fetos deformes, que podrían haber sido seres bellos si se hubiera actuado a la “tavarésica” manera, con rigor autocorrectivo.
6:00 p. m.
Estimado Ivan:
Hace unas horas acabo de concluir un libro de cuentos de Gonçalo Tavares. "Agua, perro, caballo, cabeza", es el título. Son relatos adictivos que, de alguna manera, recuerdan a Cioran. Me fascinaron. Creo que ningún lector que se precie de tal puede perder la pista de esta nueva estrella de la narrativa portuguesa.
Mis respetos
Guillermo
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