Fahrenheit Kansas
Un librero de Kansas con nombre de vaquero, Tom Wayne, decidió deshacerse de unos miles de libros que atoraban las bodegas de su librería de viejo Prospero’s Books. Intentó regalarla a instituciones, colegios, etc. pero no se lo permitieron. Entonces, cortó por lo sano: quemó los libros. No es la Santa Inquisición sino la Pura Realidad.
Antes de hacer una pira mencionó un estudio del 2002 del Fondo Nacional para las Artes, según el cual menos de la mitad de los adultos encuestados reportaron leer por placer, comparado con 57% en 1982.
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on 5.28.2007 at 4:19 p. m..
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5:50 p. m.increible y triste esa noticia, pero al menos aqui en Texas, Ivan, otro nombre que suena a vaqueros (no el tuyo, se entiende) te puedo comentar que los jovenes que estudian el curso de español en el High School, algunos textos de literatura contienen cuentos de Cortazar, poemas de Neruda y la prosa de Borges...
Saludos
6:34 p. m.
Triste noticia. Tristísima.
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