Nélida Piñón en España
[EL PAIS] La Fundación Mapfre en Madrid ha invitado a Nélida Piñón para dar una serie de conferencias en torno a la escritura creativa. En entrevista con El País le preguntan sobre cuáles son los secretos de la escritura, aquellos que piensa contar en su taller. Dice: "Me gusta pensar que formo parte de un arte que tiene un componente de misterio y no puede aclarar toda su trayectoria. El escritor pertenece a la casa del mito, y convivimos todo el tiempo con el mito de la creación. Por más que uno aclare lo que está haciendo siempre hay una zona de sombras y eso contribuye a la gran ambigüedad del arte".
Por otra parte, también es interrogada por la obra que está escribiendo en este momento: "Eso ya no puedo decírselo, pero he terminado un nuevo libro de ensayos que se llama Aprendiz de Homero. Yo soy una enamorada de Homero, tengo la sensación de que somos hijos suyos pero que sólo existe si nosotros le legitimamos. Lo dije en el discurso del Premio Príncipe de Asturias: "Ellos nos deben su inmortalidad".
Finalmente, esboza un bello recuerdo sobre la muerte de la genial Clarice Lispector, una escritora recientemente recuperada, con enorme éxito, por Siruela en España: "Tuvimos una gran amistad, cuando ella murió yo tenía su mano izquierda entre mis manos y la acariciaba. Tenía un carácter difícil pero nos queríamos mucho. Yo era mucho más joven que ella pero ella tenía un gran cariño por mí y a todo el mundo le decía: "Nélida es un símbolo de lealtad". ¿Es bonito, no? Yo era firme con ella, le decía: "No estoy de acuerdo, Clariciña" y aceptaba muy bien mis opiniones. Nos queríamos mucho. Cuando nos conocimos fue ella la que tomó la iniciativa de la amistad porque era una mujer con una excepcional intuición. Yo tenía la sensación de que la mano de Dios se había posado en su hombro y le había dicho: "Escribe y no tienes que hacer mucho más". Yo no había publicado aún ningún libro y sin embargo quiso ser mi amiga en igualdad de condiciones".