Borges doméstico
[FIL PERU] Como era de esperarse, María Kodama ha aparecido en casi todas las secciones culturales del país porque ayer fue el día destinado para la prensa. Mañana se presentará a las 7:00 pm en el Auditorio principal de la feria, entrevistada por César Hildebrandt. Kodama aparece entrevistada en el diario Correo, en La República, en El Comercio y en Expreso, entre otros. En todas ellas nos enteramos, por ejemplo, que conoció a Borges a los 12 años. Ojalá Hildebrandt no le pregunte lo mismo. Desde luego, no han faltado preguntas sobre la existencia de un Borges doméstico; todos han querido, comprensiblemente, enterarse de alguna cosilla íntima del escritor argentino.
En "El Comercio" confiesa que a Borges no le gustaba la canción del Happy Birthday porque le parecía sosa, pero "un día estaba yo viendo la película ["Another Brick in The Wall" de Pink Floyd] y me preguntó de dónde salía esa música. ¡Qué maravilla! ¡Qué fuerza! comentó al oírla. Entonces le propuse que fuera nuestro himno y Borges aceptó encantado". En el diario "Correo" también comenta qué música le gustaba a su esposo: "Le gustaba la música folclórica de distintos países, el blues, el jazz. Y también, por ejemplo, le encantaban The Beatles, The Rolling Stones, Pink Floyd". Y como los entrevistadores se sorpenden, Kodama agrega la anécdota de un encuentro casual con Mick Jagger: "Nosotros estábamos esperando, sentados en el hall del hotel, que nos viniesen a buscar para ir a cenar. En ese momento llega Mick Jagger, se acerca, se arrodilla y le dice: “Maestro, qué maravilla encontrarlo, usted no sabe cómo lo admiro, he leído toda su obra”. Borges levanta la cabeza (ya no veía) y le dice: “¿Usted quién es, señor?”. “Mick Jagger”, le dice él. “¡Mick Jagger!”, exclama Borges, “uno de los Rolling Stones”. “¿Cómo, maestro, usted me conoce?”, le pregunta lleno de asombro. “Sí, sí, pero lo conozco por María, a quien le gusta lo que hace”. Por otra parte, Pedro Escribano en "La República" no ha podido evitar preguntarle por la comida favorita de Borges. La respuesta es ésta (atención, restaurantes con motivos literarios): "Arroz con manteca y queso, choclo. Empanadas de carne, le encantaba con azúcar molida. Queso dulce de membrillo y de patata, dulce de guayaba...", pero nada de vino.
Me pregunto si al discreto Borges, aquel a quien le fascinaba decir que estaba más interesado en las sagas nórdicas que en la actualidad, aquel que no quiso regresar a Buenos Aires porque ahí no tenía privacidad, le hubiera gustado saber que sus gustos domésticos iban a ser aireados por su viuda tan alegremente. Lo dudo. Pero seguro los periodistas seguirán preguntando y ella respondiendo. A propósito, coloqué en Google el nombre de Borges sumado al de Pink Floyd (fórmula inverosímil) para ver qué pasa y me encontré este artículo del blogger argentino Hernán Casciari titulado: "¿Mi última voluntad? Que te calles". No dejen de leerlo antes de ir a ver a María Kodama mañana.