Kureishi en Buenos Aires
[RADAR LIBROS] El británico de origen pakistaní Hanif Kureishi es el autor que despierta más curiosidad entre los invitados a la Feria del Libro en Buenos Aires, y el suplemento "Radar Libros" de Página12 lo entrevistó la semana pasada. Sobre su origen mixto, en la recepción que la Embajada de Inglaterra en Argentina le ofreció, declaró: "Soy británico, tanto que el British Council me invitó como tal a visitar la India para dar una conferencia. Cuando llegué me preguntaron si ya no quedaban ingleses blancos y por eso habían tenido que mandar un paquistaní. Querían un inglés de veras. Creen que todavía quedan". Lo cierto es que existen en Inglaterra, además de Kureishi, muchos escritores mestizos con éxito: Salman Rushdie, Kazuo Ishiguro y la joven Zadie Smith. Las novelas El buda de los suburbios y El álbum Negro, además de los guiones de películas como Mi bella lavandería, muestran ese aspecto racial de su obra. También su nueva novela, Mi oído en su corazón, es una reflexión sobre su identidad a partir de los escritos de su padre y un tío.
Sin embargo, para quien ha leído una novela contundente como Intimidad Kureishi es más que un escritor de la identidad racial. Ese texto tan breve es un testimonio impresionante sobre la vida conyugal y los problemas de pareja. Dudo haber leído alguna vez algo similar. Una bofetada. Para quienes han leído Intimidad, este comentario sobre las mujeres y la familia en la sociedad actual puede ser muy significativo: "Algo que sucedió en mi generación, nacida en los años ’50, es que todos los que iniciaron relaciones a los veinte se divorciaron a los cuarenta. Lo mismo va a suceder con mis hijos. Supongo que no se casarán a los 23 ni vivirán casados hasta los 75. Imagino que tendrán numerosas relaciones y unos cuantos hijos por ahí. En nuestra generación los padres se quedaron juntos. Me parece que estar tanto tiempo con alguien es muy difícil. Casi toda la gente que conozco no puede tolerar esto o ya no lo quiere. Es una forma de liberación del encierro en interminables matrimonios sin esperanzas. Claro que también produce mucho sufrimiento. Lo que realmente atravesó a mi generación fue el feminismo. El feminismo y el crecimiento de la tecnología. Mi madre se levantaba a la mañana y hacía el fuego, luego lavaba la ropa y la colgaba en el jardín, y ése era su día. Ahora las mujeres se levantan, van al trabajo y ganan mucho más que uno. Mi madre era ama de casa. Se quedaba en casa y le servía una taza de té a mi padre cuando él se la reclamaba al llegar del trabajo. En los años 70 las mujeres dejaron de llevarles tazas de té a los hombres, y buscaron buenos trabajos, ya no changas, buscaban seguridad económica y cambiaron la vida. Algunas de las cosas que escribo surgen del desarrollo de la calidad de las relaciones entre hombres y mujeres, y el efecto que tienen sobre nosotros".