Digestión literaria
Un modelo a seguir para todos aquellos jóvenes reseñistas que pretenden ser, al mismo tiempo, ácidos, irónicos e "insobornables", es John Crace quien en el prestigioso The Guardian escribe desde hace años una temida -y muy leída- sección de reseñas literarias titulada "The Digested Read" (La Lectura Digerida). Con motivo de la publicación de algunas de sus reseñas, Rodrigo Fresán comenta el fenómeno en la revista Radar de Página12.
El siguiente fragmento del prólogo, citado por Fresán, sin duda podría estar adosado por cualquiera de esos jóvenes reseñistas. Dice Crace: "Al menos, con The Digested Read, ustedes saben dónde están parados. Yo no almuerzo con Salman Rushdie. O con su agente. O con su editor. Está claro que yo leo de manera diferente al resto de mis colegas (...) Lo cierto es que no tengo que inventar casi nada. El autor hace el trabajo por mí. Por lo que pido por favor a escritores y agentes y editores que sigan así. Su negocio es mi negocio". Sin embargo, las diferencias entre Crace y los demás es notoria. En primer lugar, Crace cuando dispara casi siempre da en el blanco. En segundo lugar, su originalidad lo ha llevado a inventar un método de reseña que, aún siendo arbitrarioa veces y no excento de golpes bajos, al menos es creativo.
Lo que hace Crace en "The Digested Read" es imitar el estilo de las obras que critica poniendo énfasis en lo que él califica como "tramas que no funcionan, pretenciosos tics estilísticos, y una completa falta de ideas". Luego de ese ejercicio estilístico, coloca un pequeño apéndice o coda (a la que llama "la cocina digerida-digerida") en la que, con una frase, termina de despachar el libro. En Página12 hay un ejemplo, por si no captaron la idea, dedicado a El Código Da Vinci de Dan Brown.
El siguiente fragmento del prólogo, citado por Fresán, sin duda podría estar adosado por cualquiera de esos jóvenes reseñistas. Dice Crace: "Al menos, con The Digested Read, ustedes saben dónde están parados. Yo no almuerzo con Salman Rushdie. O con su agente. O con su editor. Está claro que yo leo de manera diferente al resto de mis colegas (...) Lo cierto es que no tengo que inventar casi nada. El autor hace el trabajo por mí. Por lo que pido por favor a escritores y agentes y editores que sigan así. Su negocio es mi negocio". Sin embargo, las diferencias entre Crace y los demás es notoria. En primer lugar, Crace cuando dispara casi siempre da en el blanco. En segundo lugar, su originalidad lo ha llevado a inventar un método de reseña que, aún siendo arbitrarioa veces y no excento de golpes bajos, al menos es creativo.
Lo que hace Crace en "The Digested Read" es imitar el estilo de las obras que critica poniendo énfasis en lo que él califica como "tramas que no funcionan, pretenciosos tics estilísticos, y una completa falta de ideas". Luego de ese ejercicio estilístico, coloca un pequeño apéndice o coda (a la que llama "la cocina digerida-digerida") en la que, con una frase, termina de despachar el libro. En Página12 hay un ejemplo, por si no captaron la idea, dedicado a El Código Da Vinci de Dan Brown.