¡Cuidado con Fresán!
La advertencia es a los libreros. O no, ya no, porque luego ha admitido que dejó de hacerlo hace años, desde que se volvió un autor editado. Dice que perdió el don. ¿A qué me refiero? A la divertida entrevista que la revista virtual dosdoce.com ha hecho a Rodrigo Fresán en la que se confiesa un ex-ladrón de libros. Cuena una anécdota: "Una vez con un amigo –que también era un buen robador de libros- hicimos una apuesta en la Avenida Corrientes, cuando había muchas librerías (creo que todavía hay bastantes): fuimos a Corrientes y Callao y nos pusimos uno de cada lado de Corrientes, y la idea era llegar hasta Cerrito habiéndonos robado por orden los siete tomos del En busca del tiempo perdido de Marcel Proust en librerías sucesivas (...) yo lo logré. Él no. Él creo que robó cuatro, tres, no llegó." La explicación que da para esa capacidad para robar libros incluso enormes me hizo recordar a un amigo que conocí, sin ser tan excepcional como Fresán, también tenía ese don: "Lo más extraño de cuando robaba libros es que yo sentía, físicamente, una especie de aura que me hacía invisible, y que efectivamente era así, porque he salido de librerías con libros de este porte (indica con sus brazos un tamaño enorme), así, al hombro, y no me veían. Era una cosa que tal vez, la gente me miraba y decía “no, no puede ser que se lo esté llevando de una manera tan evidente”… Pero ahora ya no lo siento más".
Por otra parte, también aparece en dosdoce una entrevista a Nacho Fernández, amigo de esta página y director de Literaturas.com. Él no roba libros sino que últimamente está empezando a editarlos.
Por otra parte, también aparece en dosdoce una entrevista a Nacho Fernández, amigo de esta página y director de Literaturas.com. Él no roba libros sino que últimamente está empezando a editarlos.