Correspondencia Loayza/ Ribeyro
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Pues bien, leyendo la versión electrónica descubro que se puede leer la genial correspondencia entre Loayza y Ribeyro que la revista publicó en este número. La he releído y me he fascinado aún más. Me encanta esta parte (contribución a jóvenes escritores):
Sabes que te he incitado a corregir la Crónica de San Gabriel que me parece una novela preciosa bastante estropeada por descuidos de estilo. He estado tentado de mandarte un ejemplar cruelmente anotado pero solo tengo uno y no pienso deshacerme de él. En este libro encuentro también lo que me parecen algunos errores. En la N°28, por lo demás admirable, en la que se siente el estremecimiento de quien ha atravesado y superado felizmente una terrible enfermedad, ¿porqué decir “no hollan terreno seguro” en vez de, simplemente, “no pisan terreno seguro”? En la N°35, cuyo final es de un encarnizamiento muy ribeyriano, un aparente cinismo para no ser culpable de ternura (“Alcachofa” “Y se fregó...”) la palabra orgasmo es inexacta: hay que ser muy hablador, y hablar muy rápido para decirse palabras durante el orgasmo, será durante el acto sexual. El “A mí” con que empieza la N°60 ¿es español o el “A moi” francés”? etc. Dicho todo esto añado que no tiene importancia. Hace muchos años habría pensado que eran defectos serios. Ahora no lo creo.
En la foto, Luis Loayza y consejos prácticos a Ribeyro. Qué lujo.