Ligereza de Leonardo Aguirre

La ligereza en un artículo periodístico semanal es comprensible (aunque no justificable); pero para un escritor que, además, ha ejercido la crítica literaria, es una tara casi más grave que tener baja comprensión de lectura. La pregunta pertinente sería: ¿Cuántos de los libros que criticó con rudeza e incluso desprecio fueron leídos con esa ligereza? ¿Cuántas reseñas "cachacientas" son fruto de su ligereza al redactar una nota, además de cierta ingenuidad al pensar que es impune a que aquella ligereza cause llantos de escritoras o puñetazos de escritores?
Lo que me queda claro, en todo caso, es que el saco de “crítico literario incisivo” le ha quedado grande a Leonardo. No solo es incapaz de continuar con argumentos el debate literario que se inició en su blog (el inicio de los blogs de Daniel y de Gustavo están ligados al de Aguirre), sino que incluso se muestra desinteresado (en su último post dice “Yo no comentaré nada. Discutan ustedes y yo me sentaré a escucharlos”) a pesar de que supuestamente su ingreso en la literatura peruana era para "desenmascarar" algunas "vacas sagradas" del establishment literario, y desplumar plumíferos (según metáfora propia), dando la cara y no escondiéndose bajo un seudónimo como Aquiles Cacho.
Finalmente, la monotemática excusa de Leonardo Aguirre ante cualquier objeción o crítica a su labor periodística, reseñista o como blogger (“yo lo único que soy es un escritor, júzguenme por mis obras”) en este caso plantea un problema aún más grave: si la ligereza es una mancha oscura en un critico literario o periodista, en un escritor es una enfermedad terminal.
En estos momentos, Leonardo Aguirre debe tener una preocupación más grande que la de sentir que todos le hacen cargamontón: debe discutir consigo mismo si asume su carrera de escritor con la misma ligereza con que asume sus otros roles vinculados con la literatura.
Espero que la respuesta, por el bien de su carrera literaria que sigo con interés y cariño de ex profesor, sirva para que Leonardo se entere de que una rata olfateando es la amenaza menos dañina que puede tener la máquina de escribir de un auténtico escritor.
Es uno de los comentarios más sensatos que leo estos días, luego del revuelo que se causa por simples envidias literarias y sin un sustento objetivo. En realidad, lo único importante para mi... simple lectora, es que se debe saber criticar saludando las nuevas propuestas, el resto lo deberian dejar al criterio de personas sensatas que diferencian la critica (cualquiera que fuera) de palabras sacadas de las letrinas; que sólo nos demuestra una vez más, que no nos liberamos de prejuicios. Saludos a esta columna. Silvana Ríos CAP 8305
» Publicar un comentario