El circo del Nobel
Como nunca antes, el premio Nobel de literatura de este año ha demostrado el interior del circo con que se deciden los ganadores. No es, como podría creerse, algo absolutamente "objetivo" y medido, sino una suerte de lotería en la que temas políticos, literarios, prejuicios y moralismos, entran en juego. Como muestra, la renuncia de Knut Ahnlund, uno de los académicos más prestigiosos del premio, quien rompió con la tradicional discreción sueca y en un artículo publicado en el diario Svenska Dagbladet se despachó a gusto contra la ganadora del año pasado, Elfriede Jelinek cuya obra consideró monotemática. "La degradación, la humillación, la difamación, la deshonra, el sadismo y el masoquismo son los temas principales de su mundo. Descartan otros aspectos del ser humano, por ello su obra es tan pobre y parece insuficiente". También aseguró que la elección de la austriaca llenó de despretigio a los Premios Nobel por varias décadas, causándole un "daño irreparable".