Laboratorio Bellatin
Mario Bellatin estará en Buenos Aires a principios de octubre para ofrecer el Laboratorio Bellatin. Se trata de un seminario muy especial, muy bellatinesco, donde los alumnos se acercarán al sistema de escritura de unos de los raros más raros de América Latina. Además, en Buenos Aires -al igual que en Lima, por Matalamanga- la editorial Entropía anuncia Biografía ilustrada de Mishima la nueva novela de Bellatin. En suplemento Ñ se anticipan a la llegada de Mario a Buenos Aires:
¿Se puede enseñar a escribir?
No lo creo. Habría primero que definir qué es escribir. A partir de mi experiencia puedo decir que de haber tomado de manera racional la decisión de ser escritor me sentiría como un verdadero tonto. Escribo porque debo hacerlo, y siento que si llegara a preguntarme profundamente por aquella acción se derrumbaría todo. La plástica tiene una presencia enigmática en su obra. También la fotografía y el teatro.
¿Cómo integra otras artes en su poética?
Considero que no hay otras artes. Parto de la idea, un tanto descabellada, de que todo es escritura, por esa razón no veo la diferencia de fondo que puede haber entre una disciplina y otra. Parece insoslayable el tema de su brazo faltante, como en la escena en que tira la prótesis al Ganges en "El gran vidrio".
¿Qué relación hay entre esa falta y su actividad artística?
Ninguna. O sí, una relación de engaño, de falsa inocencia más bien. Al hacer más evidente el accidente, creo lograr un determinado mecanismo de seducción que me permite hacer pasar la mentira por verdad y viceversa. ¿Quién sabe si en realidad arrojé el brazo "biónico" al Ganges? O que cuando era niño -escena presente en "La Escuela del dolor humano de Sechuán"- desapareció, en una fiesta infantil, la pequeña mano que usaba entonces, arruinando de ese modo el cumpleaños del festejado, quien me odió desde el primer momento porque me vio entrar en su casa sin el regalo que el tacaño de mi padre se negó a comprar. ¿Qué parte de la secuencia sucedió? Ni siquiera yo estoy seguro, pero ¿importa saberlo?
¿Ha cambiado su escritura o se reconoce en ese relato [Salón de belleza]?
Hubo un quiebre definitivo en mi escritura cuando ingresé a una orden sufí. Antes tenía más miedos, estaba más obsesionado por estar y no estar dentro de la norma. Mi experiencia como sufí me enseñó a desconfiar de los límites, así como de las razones que aparecen como producto de un ejercicio racional.
¿Podría anticipar algo de sus textos en ejecución?
Hago ahora un libro largo que se conforma por nuevas versiones de textos ya escritos. Se llama "Mendicidad: pequeña muestra del vicio en el que caigo todos los días", que aparecerá primero traducido al francés, para luego ser traducido de vuelta al castellano. Esta forma de destilación de la escritura me permitirá leerme a mí mismo como si fuera otro, aspiración suprema de cualquier escritor.
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Bueno, pues el texto en el que hablaba mal de los contratos de Herralde es precisamente este. Parece que lo que sacó en Literal era un adelanto.
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