Libros instantáneos
Espresso book-on-demand machine , el futuro del libro (ojalá). Fuente: boingboing
El lunes en una reunión, conversábamos sobre el futuro del libro. Era uno de los pocos que no le hacía asco a la modernidad sino que, incluso, la anhelaba. Me imaginaba en un futuro cercano ingresando a la página web de las editoriales, escogiendo alguna novedad, una reedición o en una lista de libros descatalogados, y por un importe que siempre sería muchos menor que el costo de envío por DHL de un objeto que puede pesar varios kilos de pulpa, recibiendo el permiso para bajarme en zip el libro que acababa de adquirir. El sueño se rompía, sin embargo, cuando pensaba que la única forma de leer ese libro era en una pantalla de computadora, imprimiendo las páginas de uno en una, o en un libro electrónico. Me gusta subrayar con lápiz, me gusta anotar las páginas que más me gustaron en la última hoja, me gusta doblar, arañar, pesar, oler, sacudir, acariciar, arrojar el libro. Y me gustan las carátulas. ¡Cómo no hubiese una máquina donde yo pueda llevar mi libro en un periférico (un memory stick digamos) o un cd, la inserto y luego, zas, sale el libro!, pensé. Como las fotografías. ¡Cómo no inventan eso!
¡Y resulta que ya lo inventaron! Leyendo el absolutamente indispensable blog de Jean Francoise Foguel me entero de la existencia de la EBM, Espresso book-on-demand machine , una máquina que cuesta un millón de dólares y en la que aparece una lista de 200,000 títulos para elegir. Uno elige el título y doce minutos después (sí, doce minutos nada más) aparece el libro en rústica, con las hojas encoladas y pegadas a la tapa. Por ahora las colocan en bibliotecas y dependen de los libros que guardan en la memoria. Pero sin duda no será difícil permitir que la máquina acepte libros que se guardan en los memory sticks de los clientes. ¡Ese tiene que ser el futuro del libro! Habrá que ver cómo se evita la piratería de pasarse de mano en mano el zip del libro comprado, pero ahí está el futuro. Nunca más viajes a librerías trasatlánticas y maletas repletas que demoro horas en cerrar, y cobros por sobrepeso, ni cobros inauditos por traerte un libro en DHL.
Todo lector impenitente sabe que el papel es mucho más pesado de lo que parece a simple vista.Y eso de "cobros por sobrepeso" que mencionas, sin duda que los has sufrido en reiteradas ocasiones.
10:01 p. m.
copion
8:02 a. m.
impresionante.
y me gustó mucho el blog, volveré. saludos desde argentina,
n
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