Chau, Fontanarrosa
Fontanarrosa con la camiseta del Rosario Central, como le gustaría ser recordado. Un grande. Dibujo: Sthanz. Fuente: Clarín
Roberto Fontanarrosa era mi ídolo porque inventó al Mendieta, que lo parió, porque tenía un sentido del humor extraordinario y porque era un fanático del fútbol tan loco que alguna vez dijo que le gustaría que la música de fondo de su vida fuera la transmisión de un partido. Era un escritor paródico, aunque sus cuentos no alcanzaran el sentido del humor que sí tenían sus comics. Para mí, no sólo por el humor sino por sus armas narrativas, Inodoro Pereira es un texto absolutamente imprescindible para la literatura en nuestro idioma. Lo vi una vez en una pizzería en Guadalajara y no me le acerqué por miedo a que me mande al demonio. ¿Para qué iba a interrumpir su cena? ¿Para darle gracias, para decirle que yo también amo el fútbol, para pedirle un autógrafo, para contarle que mi perro se llamaba Mendieta en honor al suyo? Sí, debí hacerlo. Gracias, Fontanarrosa.
Les dejo los homenajes del diario Página12, del diario Clarín y copio aquí las palabras contundentes de Hernán Casciari en su blog Orsai.
En Argentina no idolatramos por mayoría absoluta. No existe personaje adorado por muchos que no soporte un contrapeso importante de descrédito. Maradona, el Che, Eva Perón, Charly, Borges, Monzón, incluso Fangio. Cuando alguien los nombra con amor, siempre hay otro que salta con un pero, con una chismografía, con una bajeza. Nuestros ídolos suelen ir a ballotage; ganan nuestro corazón o lo pierden, pero siempre en segunda vuelta.
Hasta anoche.
Ayer, por fin, se nos ha muerto alguien por unanimidad.
Etiquetas: argentina, fontanarrosa, NECROLOGIA, NOTICIA
genial fontanarrosa: la primera vez q lo vi fue en la universidad nacional de rosario, y su intervención tenía que ver con una historieta q había hecho sobre el mundo griego. el seminario lo habían preparado las cátedras de literatura griega, y cuando le toco hablar dijo: Qué, ustedes creen q soy un versado en literatura griega, la verdad no sé para q me han invitado, y luego, muchos años después, lo atendí en una pizzería donde trabajé. la humuldad de la persona con el personaje se correspondían, cuando lo hice esperar para decirle q no había lo q me había pedido porq el local lo iban a cerrar. de la mejor manera me pidió q le trajera otra cosa, y apaciguó a una mujer q presumo era su esposa, no lo sé, q si estaba enojada. tremendo personaje y mejor personas. mcl
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