Disidentes (y disidente)
En la entrevista dice Ruiz Ortega: “Cuando empecé mi recuento pensé que sólo iba a llegar a treinta, pero a medida que iba recordando y revisando algunas notas, la lista fue creciendo descomunalmente. Y no tardé en notar que los trabajos que se destacaban eran aquellos que le sacaban la lengua a la pésima narrativa vivencial de los noventa. En el prólogo menciono a algunos narradores de ese gran grupo que quedaron de lado. Obviamente, no iba a mencionar a todos los cincuenta restantes.”
Según un comentario en el blog de “El Hablador” los autores antologados serían: Leonardo Aguirre, Ezio Neyra, Pedro Llosa, Susanne Noltenius, Augusto Effio, Antonio Moretti, Alexis Iparraguirre, Luis Hernán Castañeda, Juan Manuel Chávez, Johann Page, Claudia Ulloa, Carlos Yushimito, Daniel Alarcón, Marco García Falcón, Santiago Roncagliolo, Christopher Van Ginhoven, Víctor Falcón Castro, Edwin Chávez, Daniel Soria y Miguel Ruiz Effio.
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"desconociendo los aportes de algunos narradores del 90, como Iván Thays, Mario Bellatín, Óscar Malca, entre otros, Ruiz Ortega afirma que todos los narradores de esa década solo fueron promesas truncadas que no llegaron a concretar ningún proyecto literario serio"
Tomado del blog de Max Palacios Amores bizarros.
11:29 a. m.
Anónimo,
Creo que Max Palacios interpretó mal una frase de Gabriel Ruiz Ortega. Este se refería a los escritores de los 90 que, inspirados por Bukowski, pensaban que jalando y emborrachándose en el centro de lima o barranco, y luego contando sus chupandangas, podrían pasar a la posteridad literaria, conseguir una novia de vez en cuando o al menos que les inviten un trago.
Pero Gabriel exagera: él dice que conoció como a 50. No creo que sean tantos. A lo más, 49.
Saludos
IVAN
11:31 a. m.
La cita exacta de Gabriel Ruiz Ortega sobre los narradores del 90 en El Hablador es ésta:
"En los noventa hubo muchísimos narradores que sólo ellos mismos saben por qué quedaron como promesas. Debo haber leído a unos cincuenta, y muchos de ellos vivían con el ánimo de quedar como protagonistas de las más desopilantes experiencias nocturnas. Eso les impedía hacer lo más difícil y básico que requiere un oficio tan arduo como el literario: leer y escribir. Por ello, esos libros han quedado en el olvido. Es imposible mantener una poética sólida a punta de experiencia de vida".
IVAN
7:34 p. m.
El problema es que esa "poética" fue más bien una "anecdótica". El único autor más o menos trascendente de nuestro "realismo sucio" fue Oscar Malca, simplemente por que (creo) fue el primero (además de buen escritor, por cierto) en aparecer en ese firmamento con su "Al final de la calle". Pero ese libro es al mismo tiempo saludo y despedida del género, pues ¿qué otra cosa se podía escribir en el mismo, como no fueran experiencias con drogas, con el alcohol y el sexo? El mismo Oscar Malca acabó prisionero de su éxito, pues cualquier otra cosa que quisiera (o quiera escribir) sonaría a falsa, pues el truco del realismo sucio es que lo narrado es(supuestamente) vivencial.
7:23 p. m.
En general la literatura peruana última, realista o autista, es mediocre. saludos. Creo que tiene que ver con cierta "facilidad" para publicar ahora.
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