Vs. Ampuero
[NOVEDAD] Con las fauces abiertas, como espera la ciudad a los hermanitos en el cuento "Los gallinazos sin plumas", así ha esperado la crítica a la nueva novela de Fernando Ampuero Puta linda. Hace unas semanas apareció un comentario notablemente insustancial de Olga Rodríguez Ulloa, que ha sido reseñado por Gustavo Faverón en su blog. Además, este fin de semana se publicó una nueva reseña en La República por Javier Ágreda, en el que aparece un rechazo más concreto: "Es en el plano del lenguaje donde el esquematismo se hace sentir más, pues el autor no parece muy diestro en el manejo ni del registro prostibulario propio del mundo de Noemí, ni del juvenil de las conversaciones de Luis Alberto y Tapia. Y para compensar las deficiencias recurre a una retórica algo ampulosa", y concluye que "es una novela fallida pero sumamente divertida". Finalmente, mi editora en Caretas, Maribel de Paz, se estrena en la crítica literaria (al menos eso creo) con una reseña lapidaria en la que, según me parece entender, opina que el principal error de la novela es haber sido escrita por Ampuero (¿?). El comentario se titula "Demasiado Ampuero" (recordar el Demasiado ego de Charly García) y argumenta cosas intraducibles a nivel de crítica literaria como: "más que a los protagonistas, se percibe al propio Ampuero, un libro en el que el escritor aprovecha para promocionar a sus amigos, colgando cuadros de Tola y Llona de las paredes del departamento de una ya distinguida Noemí". Por otra parte, jalón de orejas para Maribel por el dudoso gusto de una frase como "una prosa con Parkinson". Paolo de Lima, por cierto, ha colgado la reseña en su blog.
Mientras tanto, Fernando Ampuero, anticipándose a las críticas negativas, responde a Pedro Escribano en La República (la entrevista apareció hoy, pero fue hecha antes de los comentarios de Ágreda y De Paz) que: "Siempre hay lectores que pueden tirarse abajo un libro, o levantarlo. Creo que es un libro honesto, que tiene algo de divertimento, pero que tiene mucho más en lo que es perspectiva literaria, en mi proyecto literario. Creo que el libro se sostiene. Finalmente, no escribo para ese tipo de lector tan quisquilloso, escribo para un lector que quiere meterse en un libro y entender un poco al país. El lector dirá si le gusta o no". Habría que preguntarle a Fernando a qué se refiere con eso de "tipo de lector tan quisquilloso", eso sí, porque, en lo que a mí respecta, los escritores "quisquillosos" -y por tanto los lectores- son los únicos que valen la pena en literatura.