Woody Allen: palos y chisme
[RADAR] En el suplemento Radar de "Página12" José Pablo Feinmann le da con palo a Woody Allen a partir de la publicación en un volumen de tres comedias teatrales suyas. Se trata de Adulterio, libro publicado por Tusquets. Dice Feinmann: "Después de reírse con algunos chistes, aquí y allá, de la factoría Allen uno termina vacío. Y se pregunta: ¿para qué publicó estas tres comedias? Como dramaturgia, nada. Son tres sitcoms con lo que este género debe tener: diálogos ágiles, situaciones paradójicas, personajes charlatanes para vehiculizar las ingeniosidades del autor. Sólo faltan las risas grabadas".
Sin embargo, eso no es lo más duro. Después vendrá un párrafo más lapidario aún: "¿Qué necesita demostrar Allen? ¿Que es prolífico? Lo sabemos de sobra. ¿Que sabe escribir diálogos como pocos o como nadie? Vaya novedad. ¿Que conoce el mundo neoyorquino? Ya lo sabemos. No hay personajes positivos. Se trata de una acumulación de cretinos que se engañan los unos a los otros. Aquí podría decirse: ¿pero esa visión pesimista del mundo no está cerca de sus obras maduras? No lo creo. El tratamiento es demasiado ligero, el enamoramiento con los diálogos “brillantes” es tan excesivo como evidente. Además, ¿qué le pasa a Allen con los escritores? Nunca falta uno y siempre está bloqueado o es un mediocre irredimible".
Y para que no falte la cereza en el pastel, al final suelta un chisme: "En suma, esto debió permanecer en el cajón de Allen, a la espera de una reescritura, o para que la viuda del indudable genio de Manhattan (sea Soon-Yi o la llamada, por varios motivos, “ascendente” Scarlet Johansson) la publique a la muerte del cineasta durante los días incómodos de los apuros económicos (...)" ¿Cómo? ¿Puede ser cierto que Scarlet se ha creído la de su personaje en Perdidos en Tokio y le gustán los ancianos talentosos y maniáticos?
En la foto, Scarlet mira a Woody Allen.