MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Murió Tomás Eloy Martínez

1.31.2010

Tomás Eloy Martínez. Fuente: rubendariobuitron

El escritor argentino Tomás Eloy Martínez, ganador del Premio Alfaguara con El vuelo de la reina y figura importantísima de la literatura latinoamericana, murió hoy a los 75 años. Desde aquí le envío un fuerte, muy fuerte, abrazo y mis condolencias a Ezequiel Martínez, su hijo, a quien conocí en Bogotá39 y a quien sigo diariamente en su extraordinario blog "En Minúscula" y en la revista Ñ. Dice la nota en los cables:

El prestigioso periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez, autor de novelas como “Santa Evita”, murió hoy a los 75 años tras una larga lucha contra el cáncer, según informa en su web el diario La Nación, del que era columnista. Entre sus principales novelas figuran “Santa Evita”, traducida a más de 30 idiomas, y “La novela de Perón”, basadas en las vidas del presidente argentino Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974) y su segunda esposa, Eva Perón, en las que combinó elementos de la ficción y la realidad. Asimismo fue el autor de otras muchas novelas como “El cantor de tango”, “La mano del amo”, “El vuelo de la reina” y “Purgatorio”, la colección de relatos “Lugar común la muerte” y el relato periodístico “La pasión según Trelew”, además de escribir libretos de cine y televisión. Era asimismo columnista de los diarios “El País” de España y del “The New York Times”. Nacido en San Miguel de Tucumán en 1934, tuvo una larga trayectoria como periodista, novelista y crítico de cine, además de haber trabajado en importantes medios argentinos como el diario “Página 12” y el semanario “Primera Plana”. A su vez, fue reconocido también por su intensa actividad académica brindando conferencias y cursos en universidades de todo el mundo. Vivió exiliado en Caracas durante la última dictadura militar argentina (1976-1982). Allí se mantuvo en la actividad periodística: fue editor del periódico “El Nacional” y fundó “El Diario de Caracas”, ocupando el cargo de jefe de redacción hasta 1979. Vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, donde dirigió el Programa de Estudios Latinoamericanos de la Rutgers University, en New Jersey, siendo profesor distinguido de la institución. En 2002 fue galardonado con el premio Alfaguara, uno de los más importantes concursos literarios en lengua castellana, por su novela “El vuelo de la reina”.

Hace unos meses, Tomás Eloy Martínez recibió el Premio a la Trayectoria Cultural de la Revista Ñ del diario Clarín. No pudo recogerlo por estar enfermo; en su lugar lo hizo el edior de la revista, Jorge Aulicino. En esa ocasión, Ezequiel Martínez, editor de Ñ, presentó el premio con una confesión entrañable:
Quisiera terminar con una confesión. Cuando era chico, jugaba a ser como él. Lo acompañaba a las redacciones donde trabajaba y lo veía tipear con devoción las teclas de su máquina de escribir. Me gustaba imitarlo cuando revisaba las pruebas de imprenta o cuando se concentraba buscando datos en algún archivo de hojas amarillentas. A veces, si le prometía silencio y compostura, me permitía escoltarlo en sus entrevistas, que luego transformaba en piezas periodísticas que parecían cuentos de ficción. Narraba la realidad con las herramientas de la imaginación. Y yo sabía que de grande quería hacer eso. Yo quería, como quieren todos los chicos, ser como mi papá."

Estoy seguro de que su Tomás Eloy estaba tan orgulloso de Ezequiel como él de su padre. A propósito de eso, pueden leer el post que ha publicado en su blog.

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Chejov, 150 años

1.29.2010
Homenaje ante la tumba de Chejov. Fuente: clarin

Han pasado 150 años. Quizá fue el primero, realmente el primero. Con él empezó el siglo XX literario. La deuda que le tienen centenares o miles de escritores de todo el mundo, durante estos 150 años, es muy grande. Y la seguirán teniendo. Basta decir Carver para mostrar la punta del iceberg. Pero podría decir Nabokov, otro iceberg completamente distinto pero que parte del mismo líquido. Y así seguimos. Rusia celebra los 150 años del nacimiento del genial Anton Chejov. Dice la nota en Ñ:

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, rindió hoy honores al autor Anton Chejov, a 150 años de su nacimiento. El mandatario dejó flores en el monumento al escritor en Taganrog, en el sur de Rusia, donde Chejov nació el 29 de enero de 1860, y dijo que el artista también tenía su lugar en la era digital. Numerosas personas también honraron en Moscú al autor, muerto en 1904 de tuberculosis en Alemania.Rusia considera a Chejov "uno de nuestros contemporáneos", afirmó el viceministro de cultura ruso, Andrej Bussygin, en un acto enMoscú. "La verdad de Chejov sobre Rusia es una verdad dura. Quería que las cosas mejoraran", afirmó Bussygin. Rusia planea numerosos homenajes y la reedición de sus obras. Hay planes para restaurar la vivienda de Chejov en Yalta, en la penínsulaucraniana de Crimea.

Habrá que celebrar al genio leyendo el mejor cuento que se ha escrito jamás en cualquier idioma: La dama del perrito. Y luego, por qué no, el libro maravilloso, sensible e inteligente que Janet Malcolm le dedicó Leyendo a Chejov: un viaje crítico (Alba editores)

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Siguiendo los pasos que dejó JD Salinger

Salinger, el autor. Fuente: The Guardian


Salinger, el ermitaño. Fuente: the art of fiction


Siguiendo los pasos de Salinger: Holden Caulfield visitó el Seton Hotel en East 40th Street. Aún sobrevive. Fuente: Edward Keating/The New York Times

Como era de esperarse, el duelo por la muerte de J.D. Salinger ha originado y seguirá originando sendas notas de despedida. Voy a enumerar algunas que me parecen interesantes. Vamos actualizando la lista. Siguiéndole la pista a este largo adiós.

Walking in Holden´s Fotsteps (Mapa Interactivo de los lugares que recorre Holden Caulfeld) elaborado por New York Times

Archivo de cuentos de JD Salinger publicados en "New Yorker"

Michiko Kakutani Of Teen Angst and an Author’s Alienation (NYT)

James Barron: Taking a Walk Through J. D. Salinger’s New York (NYT)

Gregory Cowles Farewell, Salinger (Paper Cuts)

Blake Wilson Readers Respond to J.D. Salinger’s Death (Art Beats)

Pierre Assouline: Pour saluer Salinger (La République des livres)

Annie Proulx, Dave Eggers, Joyce Carol Oates: J D Salinger´s Tributes (The Guardian)

Ian Whitwham: Does Catcher still ring true? (The Guardian)

Christopher Tayler: JD Salinger: A guy you'd want to call up (but he wouldn't take calls) (The Guardian)

Alison Flood: JD Salinger: A tribute roundup (The Guadian Book Blog)

Xan Brooks: JD Salinger: America's great literary hermit (The Guardian Book Blog)

Jay Parini: Watching Salinger from a distance (The Guardian Book Blog)

Luke Lewis: How JD Salinger created the original rock star (The Guardian Music Blog)

José María Guelbenzu: El miedo a hacerse adulto (El País)

Antonio Muñoz Molina: El aire del "New Yorker" (El País)

Justo Navarro: La intimidad como arte (El País)

Ray Loriga: Sin introducción (El País)

Ezequiel Martínez: Salinger, el guardián de los títulos que se bifurcan (En Minúscula)

Marcelo Birmajer: El hombre que muere (Página12)

Juan Forn: El amor y la asfixia (Página12)

Marcelo Figueras: La búsqueda del accidente (Página12)

Alberto Fuguet: Un día no tan perfecto (Apuntes autistas)

Liliana Colanzi: Salinger, otro grande que se va (on the road)

Edmundo Paz Soldán: En el principio está Salinger (La Tercera, Boomerang)

Mauricio Salvador Salinger (1919-2010) (The Art Of Fiction)

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Editarán Tercer Reich

carátula de la novela. Fuente: anagrama

Y llegó la hora de conocer la verdad sobre la maleta. No la de Kafka, sino la de Bolaño. La próxima semana, Anagrama editará la novela inédita El tercer reich de Roberto Bolaño, encontrada entre sus papeles por El Chacal Andrew Wylie y que tantas dudas y temores ha causado entre bolañistas y bolañeros. Ahora sabremos qué sucede. Dice la nota:

Bolaño terminó de escribir El Tercer Reich en 1989 y la guardó en un cajón, mecanografiada. Salió a la luz en la Feria de Francfort 2008 de la mano del agente literario, Andrew Wylie, alias 'El Chacal', quien gestiona los derechos de Bolaño para sus herederos. Jorge Herralde, fundador y director de Anagrama, consiguió los derechos para completar su particular 'biblioteca Bolaño'. Herralde presume de que toda la obra del Bolaño novelista y cuentista está actualmente en su editorial: once novelas y cuatro libros de relatos, además de algunos ensayos, discursos o su faceta poética. El Tercer Reich está escrito en forma de diario y su protagonista es un joven alemán, Udo Berger, a quien la vida parece sonreirle. Nazismo, juegos y sexo son los temas principales de esta "novela primeriza, que no de principiante", según precisó el crítico y escritor Ignacio Echevarría. Su protagonista, Berger, tiene 25 años y está en el mejor momento de su vida. Su pasión y su ocupación son los juegos de guerra; es un campeón en su país, y escribe artículos en las revistas especializadas. Tiene la independencia económica tan deseada por los jóvenes, amistades interesantes y profundas, como Conrad, su compañero de juegos, una novia a la que ama, Ingeborg, y a diferencia de lo que le sucedía en la adolescencia, ahora nunca se aburre. Udo y su novia Ingeborg se van a pasar unos días al lugar de la Costa Brava donde él veraneaba con su familia cuando era niño, y se alojan en el hotel 'Del Mar', el mismo de aquellos días. Es el primer viaje que hacen juntos, quizá el ensayo para una futura convivencia. Udo hace instalar en su habitación una gran mesa donde despliega los hexágonos y las fichas de sus batallas; no tiene demasiado interés por el sol y la playa, prefiere pensar nuevas líneas y estrategias para el Tercer Reich, su juego. Por la noche van a una discoteca y conocen a Charly y Hanna, otra pareja de jóvenes alemanes. Beben, hacen planes para los días que vendrán, y cuando bajan a la playa al final de la noche, Charly desaparece.

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Premio Casa de las Américas

Nélida Piñon. Fuente: la vanguardia EFE/Lavandeira jr

Se dio ayer la lista de ganadores del Premio Casa de las Américas. Entre los premiados, destaca Nélida Piñón, homenajeada en nombre de la literatura de su país. Dice la nota:
Más de 430 obras de 22 países participaron en el concurso de Casa de las Américas, fundada hace 50 años y a la cual han estado vinculados intelectuales y artistas de gran renombre de América Latina como el uruguayo Mario Benedetti y el colombiano Gabriel García Márquez. Bruno Di Benedetto triunfó con su poemario Crónicas de muertes dudosas, destacado en el acta como "un libro unitario de excelente factura, en el que habitan el lirismo, la investigación y un llamativo sentido del humor". Apasionado lector de Borges y de los poetas surrealistas franceses (Bretón, Eluard, Artaud), coordina, hace más de doce años, el Taller Municipal de Expresión escrita para jóvenes y adultos en Puerto Madryn, donde vive desde 1979. En literatura caribeña en inglés o creole fue laureada Jennifer Rahim con Approaching sabbaths; en tanto que el investigador cubano Sergio Guerra ganó el Premio Extraordinario Bicentenario de la Emancipación Hispanoamericana, convocado por primera vez. En teatro, la salvadoreña Jorgelina Cerritos ganó por unanimidad con Al otro lado del mar, una "profunda e inteligente reflexión sobre la condición humana, en la que destacan la destreza del diálogo y la limpieza de la estructura dramática", comentó el jurado. La brasileña Nélida Piñón obtuvo por mayoría el premio dedicado a la literatura de su país Con Aprendiz de Homero. El jurado elogió su defensa radical del arte de crear en portugués valores y procesos universales.

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Narrativa en castellano

Rumbos de la narrativa en castellano. Ilustración: Fernando Vicente. Fuente: elpaís

Javier Cercas, Agustin Fernández Mallo y Almudena Grandes son los tres autores españoles convocados por "Babelia" para hablar del rumbo de la literatura escrita en castellano, no necesariamente la española, en un intento de abrir el espectro e incluir a América Latina como parte significativa de la herencia recibida y del futuro literario del idioma. Quizá sería bueno dejar de hablar de Literatura en español y empezar a hablar de Literatura en castellano, por ejemplo, recordando el origen concreto del idioma (Castilla) que luego se expandió por España y América Latina. Así, hay un idioma español tanto como uno venezolano, peruano o argentino. El genérico debe ser "castellano". Y bueno, con respecto a lo que dice Grandes sobre editar en editoriales latinoamericanas hay mucha tela para cortar. ¿Se atreverían a publicar estos autores en editoriales alternativas, sin grandes adelantos? ¿O prefieren firmar con un sello grande que les garantice que el libro llegará a América latina (aunque a precios de importados)? Muchas preguntas. Aquí un adelanto de la conversación:

AGUSTÍN FERNÁNDEZ MALLO. Una cosa que me interesaba con el surgimiento de la novela más narrativa en los ochenta, llamada nueva narrativa, es que se trata de la primera generación, y esto es una intuición, que ha asumido perfectamente el boom latinoamericano. Es decir, que por primera vez el boom está ya presente en la literatura española. Y hay algo importante: cómo ese momento creativo influyó en la literatura. Si a mí me preguntan por los 10 escritores que más me han influido, cinco van a ser latinoamericanos. También la explosión que hubo en España a principios de los años ochenta, con la llegada de la democracia, esa explosión en las artes, en la música, no creo que tuviera un correlato en la novela. Creo que la explosión narrativa a la manera más contemporánea de aquella época no se dio tanto en la narrativa y sí en la música o en las artes plásticas, que miraban a Londres o a Alemania, y aquella explosión más anglosajona es clave para explicar la posmodernidad en España. Que en la literatura estaba pero no de una manera clara, y hoy sí se está dando. Los narradores que hemos empezado a escribir hace poco, ocho o nueve años, miramos de una manera bastante clara el mundo anglosajón y esta explosión más de la posmodernidad tardía, vamos a llamarlo así. Escribimos más desde la información que desde la erudición. Esto también ocurre en las artes plásticas y en la música, recabando más de la sociedad de consumo y reciclándolo que del modelo más típico o tradicional, es decir, del erudito que es el modelo romántico, del creador que está en su casa creando. Por eso esto de mezclar técnicas es interesante. Ahora lo hacemos con la máscara de hoy, con cómics, alusiones a un ensayo dentro de la novela, es el apropiacionismo. Algo muy patente. Se ve en Internet y se refleja en la narrativa que retrata el momento.

JAVIER CERCAS. El hecho de que hoy seamos más porosos a lo que ocurre en el extranjero, y lo podamos leer pronto, y la gente sepa más idiomas, no significa que la literatura española haya sido más provinciana o menos cosmopolita. Desde siempre las grandes revoluciones en España se han producido por apropiación de otras tradiciones. Escribir para un escritor es como ir en un carro, tener en una rienda la tradición universal y en la otra la lengua de tu país. Con esas dos riendas, si tú sueltas una se va el carro, siempre ha sido así. La sociedad no es más cosmopolita, está más globalizada. En lo que sí estoy de acuerdo, y es muy importante, es en la asimilación de la literatura latinoamericana, que empieza enseguida en España, pero es verdad que nosotros ya la recibimos...

ALMUDENA. GRANDES. Elaborado y masticado e incorporado.

J. C. Nuestra tradición no es la española sino la tradición del español. Es el instrumento con el que trabajamos. Y aparte de los grandes nombres de autores latinoamericanos somos provincianos, y ahora sí utilizaría esa palabra, no en un sentido universal sino respecto al español, porque el español de España es una parte pequeñita en el fondo. No tenemos una tradición como la francesa o la inglesa literaria, pero tenemos una lengua enorme.

ALMUDENA GRANDES. Yo creo que los que tenemos un problema con la tradición somos los novelistas, los poetas españoles no.

JAVIER CERCAS. Todo el mundo. Se están haciendo cosas muy interesantes en muchos países de Latinoamérica. Cuando comparamos América con España cometemos un error porque estamos comparando un continente con un país. España es una cosa muy pequeñita y creo que seguimos pensando que estamos demasiado encerrados desde el punto de vista lingüístico. Quizá por el hecho de que la industria española es muy potente, y creer que porque vendemos más somos más en algo es una tontería. No acabamos de ser conscientes de eso.

ALMUDENA GRANDES. Quiero decir varias cosas: es mentira que en los años sesenta no hubiera gente que mirara a Londres o a Nueva York. Lo que sucede es que no han sobrevivido literariamente. Hubo luego una corriente en la narrativa española que se basaba en el cosmopolitismo que miraba hacia fuera y más allá porque el exotismo fue una constante que luego ha desaparecido. Otra cosa es el tema anglosajón, porque hay autores que se consideran de tradición anglosajona como Javier Marías, o alemana como Alejandro Gándara. En aquel momento tuvo más éxito una literatura que tenía que ver con un retrato generacional y un enfoque testimonial que explicara a los españoles de entonces cómo era el mundo que estaban viviendo. No creo que fuera asunto de provincianismo o de ombliguismo, de que estuviéramos sin aliento para mirar hacia fuera. Ahora es distinto.

PREGUNTA. Se han saldado cuentas literarias.

ALMUDENA GRANDES. Claro. Por otro lado, estoy de acuerdo con Javier sobre la tradición pero es que no creo que no haya ningún escritor español que no se sienta escritor en español, eso cae por su propio peso. Soy española como ciudadana, pero como escritora del español, no de España.

PREGUNTA. Pero existe esa división de escritores españoles y latinoamericanos. La lengua no termina de asimilarse y asumirse como un solo vehículo de creación en muchas partes, y eso incluye a los lectores.

ALMUDENA GRANDES. Es por lo que dice Javier. Existen autores españoles e iberoamericanos porque existe una industria editora muy fuerte en España y no existe una industria editorial muy fuerte en Latinoamérica. Aunque ahora hay bastante más unión de la que ha habido nunca. Pero se debe a que ellos tienen que venir aquí a publicar. Eso nos da oportunidad de conocerlos, hablar con ellos y leerlos. Pero todavía hay esa diferencia porque nosotros no publicamos en editoriales latinoamericanas.

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Murió J.D.Salinger

1.28.2010

JD Salinger y su novela más famosa. Fuente: NYT

El final de una década, una caja que se cierra. El extraordinario J.D. Salinger murió a los 91 años sin salir de los muros de su fortaleza y su exilio interior. Sin duda, tendremos decenas o centenares de comentarios al respecto en diarios y blogs de todo el mundo. ¿Qué quedará de él ahora que su silencio editorial es definitvo? Algunos cuentos de Nueve cuentos, sin duda. La primera vez que leímos El guardian entre el centeno y nos identificamos con Holden Caufield. La existencia de la familia de genios neuróticos y precoces, los Glass. Algunas frases subrayables de sus últimas novelas. La chismografía alrededor de su vida, que incluye la pedofilia, los ataques de su hija y la fama de ogro. Su búsqueda incesante de una verdad zen, que no se pueda explicar con palabras, como el sonido de una palmada de una sola mano. El New York Times le hace un extenso obituario. Aquí, el anuncio oficial de su muerte:
J. D. Salinger, who was thought at one time to be the most important American writer to emerge since World War II but who then turned his back on success and adulation, becoming the Garbo of letters, famous for not wanting to be famous, died Wednesday at his home in Cornish, N.H., where he had lived in seclusion for more than 50 years. He was 91. Mr. Salinger’s literary representative, Harold Ober Associates, announced the death, saying it was of natural causes. “Despite having broken his hip in May,” the agency said, “his health had been excellent until a rather sudden decline after the new year. He was not in any pain before or at the time of his death.”

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Juan Villoro, Premio Iberoamericano

Juan Villoro. Foto: Paula Silva. Fuente: magis.iteso.mx

Actualidad del artículo de Juan Villoro: noticia de hoy en Lima: matan a esposa de ex fiscal antidrogas. Fuente: La República

El escritor mexicano Juan Villoro acaba de ganar el Premio Internacional de Periodismo Rey de España por su reportaje "La alfombra roja, el imperio del narcoterrorismo", publicado en el diario español El Periódico de Catalunya el 1 de febrero de 2009 (y que fue reproducido en el diario Clarín). A ver si el "presidenciable" Jaime Bayly, quien quiere legalizar el consumo y la producción de drogas, lee el artículo de Juan y se entera de que el narcotráfico no se trata solo de unos chicos que se meten algo en la nariz en el departamento de su viejo. Dice la nota en Ñ:

El escritor mexicano Juan Villoro ha sido galardonado hoy con el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en el apartado Iberoamericano por su reportaje "La alfombra roja, el imperio del narcoterrorismo", publicado en el diario español El Periódico de Catalunya el 1 de febrero de 2009. Según el periodista y ensayista, en México "hay una cierta cultura del narco en la calle, en los informativos, en las canciones (con los narcocorridos), que pueden dar una cierta apariencia de normalidad a lo que en ningún modo debe serlo". El jurado de la XXVII edición de estos Premios, que conceden cada año la Agencia Efe y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), destacó "la calidad de la escritura, el rigor del reportaje, la clarividencia en la elección del tema y las múltiples perspectivas (plásticas, musicales, literarias, políticas y sociológicas) desde las cuales el autor ha analizado una realidad tan poliédrica como el narcotráfico". Villoro, nacido en la capital mexicana en 1956, ha sido profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y profesor visitante en las universidades estadounidenses de Yale y Boston y en la española Pompeu Fabra, de Barcelona.

Juan José Millás, por su parte, se quedó con el premio Don Quijote de periodismo. por un trabajo publicado en la revista Interviú. Un adverbio se le ocurre a cualquiera, [leer el artículo en Interviú.es]

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Le dan palos a Larsson

Fuente: cartoon A teria

No hay héroe, literario o no literario, sin su antagonista. Al casi beatificado Stieg Larsson ya le salió su archi-enemigo. Y son dos. Hasta dudan que escribiera Millenium. Ya ni en Suecia se hacen los suecos. Solo ABBA se salva. Dice la nota:

Anders Hellberg fue jefe de Stieg Larsson durante diez años. Ambos trabajaban en TT, la agencia de noticias sueca. Por todos era conocido que no se llevaban bien y que llegaron a tener discusiones subidas de tono que hicieron temblar las paredes de la redacción. Quizá por eso nunca digirió bien el éxito del escritor de la trilogía Millenium, que ha vendido por el momento unos veinticinco millones de libros. Ahora, años después, pone en duda que Larsson sea realmente el autor de la saga. "El lenguaje que utilizaba era pobre", escribía Hellberg la semana pasada, "el orden de las palabras incorrecto, la construcción de las frases era simple y la sintaxis completamente enloquecida". Hellberg, un periodista sesentón, se despachó a gusto contra su antiguo enemigo en un artículo publicado en el periódico en el que trabaja, el Dagens Nyheter's, uno de los de mayor tirada en Suecia. La hipótesis de Hellberg es que Stieg no tenía ni pluma ni tiempo para haber escrito tanto, más de dos mil páginas en un par de años. A su juicio, quien en realidad escribió Millenium fue Eva Gabrielsson, la pareja sentimental del escritor durante 32 años. El lío que se ha formado por el artículo de Hellberg ha sido monumental. Gabrielsson ha declarado a este periódico que Larsson comentaba habitualmente aspectos de la trama con ella y que, incluso, utilizó un libro que ella había escrito sobre la arquitectura de Estocolmo para ambientar las novelas. Asegura que no fue "tan solo una editora" o una correctora de los manuscritos, sino que proponía cambios también en los contenidos. Con todo, opina que la teoría de Hellberg es, sencillamente, "una tontería". A todo esto se une que Kurdo Baksi, amigo de Stieg, acaba de publicar un libro titulado Mon ami Stieg Larsson, en el que reitera lo que ha dicho tantas veces: que Larsson no era buen periodista. Solía poner en boca del entrevistado cosas que nunca había dicho, se comportaba como "un hipersensible fanfarrón" y escribía textos partidistas, según relata en el libro. Kurdo, sin embargo, también reniega de la teoría de Hellberg y a él no le cabe ni la menor duda de que Stieg, al que veía a menudo escribiendo sin parar en cafeterías o de madrugada en la revista Expo, es el autor de Millenium: "Eso es un invento absurdo". El escritor, muerto en 2003 a causa de un ataque al corazón poco antes de ver publicada su obra, ha sido puesto en entredicho por dos colegas en poco tiempo. Algunos críticos se preguntan si alguien que según un compañero no escribía bien y tampoco era un periodista brillante pudo elaborar unos libros que han enganchado a millones de lectores de todo el mundo. Aunque en Suecia, Stieg Larsson, al igual que el grupo ABBA o la firma de muebles IKEA, sigue siendo sagrado. Kurdo Baksi recibió hace unos días el siguiente correo electrónico: "Sólo un loco criticaría a Stieg. Ha sido uno de los mejores periodistas de este país y sus libros son fabulosos. Larsson es Dios".

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Bukowski disperso

Bukowski. Fuente: elquirófanofractal

"Un regreso a la cerveza, la calle, John Fante, Chinaski y el humor de perros del más carismático de los perdedores", así llama Juan Pablo Bertazza en Radar Libros a la edición de Fragmentos de un cuaderno manchado de vino, conjunto de textos dispersos de Charles Bukowski editado por Anagrama. Así explica la reseña este libro que yo jamás leeré, probablemente, pero podría comprarlo para dárselo a mi amiga Rosella di Paolo, la más (inexplicablemente) apasionada fan de este escritor mediocre que conozco:

En primer lugar, cabe decir que las obras que integran este volumen no son, en rigor, inéditas ya que provienen, en su mayor parte, de revistas literarias y prólogos de libros, aunque, efectivamente, la mayoría no se habían publicado en castellano. Lo otro, más allá de la aclaración técnica, es más bien una pregunta: ¿qué significa la palabra ‘inédito’ en el contexto de la obra de un escritor que parece haber quemado las naves de la escritura, agotando en seis novelas, miles de poemas y cientos de relatos breves todo lo que tenía que decir? ¿Qué significa leer los textos inéditos de un escritor que, como Bukowski, despierta la adicción de la papa frita (si leés una, leés todas)? Como un susurro después de un grito, como volver cuando parecía dicha la última palabra, estos ensayos y relatos vienen a decirnos, como al principio de esta nota, justamente, quién fue Bukowski como persona, es decir, como escritor. La carta de presentación de quien ya no está más entre nosotros. Y entre tanta autorreferencia, entre tanta poética –sus relatos tratan sobre el proceso de escritura de escritores a los que no les gusta hablar de su escritura ni tampoco de literatura en general, al igual que sus ensayos hablan y, al mismo tiempo, esconden lo que él se propone escribir–, lo que se vislumbra es, sobre todo, la inmediatez que pide, destila y propone la literatura de Bukowski. Una inmediatez que lo emparienta con la modernidad líquida, y con ese grupo beatnik que lo tomó como referente aunque a él le provocara una relación de amor/odio (en La escena de L.A. recuerda muchas de sus andanzas junto a ellos), pero sobre todo con el prolífico y fértil pesimismo de E. M. Cioran que recomendaba, de manera imperativa, “no reducirse a una obra; decir sólo algo que pueda susurrarse al oído de un borracho o de un moribundo”. Inmediatez en la escritura –artificial, retorizada, retorcida o no, poco importa–, pero inmediatez también en la lectura. A lo largo de todo este libro que reúne excelentes relatos –especialmente, Consecuencias de una larga nota de rechazo y Difícil sin música, que tiene una marca carveriana antes de Carver– y ensayos –especial atención merecen Un delirante ensayo sobre la poética y la condenada vida escrito mientras bebía media docena de latas de cerveza (altas), los Fragmentos de un cuaderno manchado de vino que aportan con toda la fuerza de su inmediatez el título al libro y En defensa de cierta clase de poesía, cierta clase de vida, cierta clase de criatura llena de sangre que algún día morirá–, Bukowski despotrica contra los escritores establecidos y cómodos, contra los profesores de literatura y contra todos aquellos que están obsesionados con la victoria (esto último es lo que le molestaba de Hemingway). Para Bukowski, el único éxito que valía la pena era poder conservar algo en el momento inmediatamente posterior al instante en que se perdió absolutamente todo. En una reseña que hace de una reedición de Artaud, acaso su escritor preferido junto a Céline y John Fante, Bukowski cierra la nota diciendo: “Cuando estás de capa caída, la lectura de algunas de estas frases te harán recobrar el ánimo para intentarlo de nuevo. Lo único que tienes que hacer es tocarlo”. En Conozco al maestro, excelente cuento dedicado a su admirado Fante, apunta hacia lo mismo: “Necesitaba leer algo que me ayudara a sobrellevar el día, a cruzar la calle, algo a lo que agarrarme”. La catarsis como discurso terapéutico, la literatura como un salvífico maletín de primeros auxilios que, necesariamente, debe ser frontal, conciso y absolutamente despojado de adornos y sinuosidades. Una dosis que apenas ingerida empieza a generar sus efectos. Acaso ésa sea la mayor virtud y el mayor defecto de Bukowski: saber que acaso no va a aportarnos mucho cuando estemos encaminados, saber que va a darnos todo –lo primero, lo esencial– cuando estemos perdidos.

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Entrevista a Luis Goytisolo en Canal L

Luis Goytisolo entrevistado. Fuente: canal L blog

El canal virtual de libros en la red, Canal-L, ha entrevistado a Luis Goytisolo sobre Cosas que pasan, una autobiografía que se presenta como:

Un libro inclasificable -¿autobiografía?, ¿novela?- que nos habla del entorno en la infancia, de la búsqueda de autoafirmación en la adolescencia, del amor como una modificación del yo, del impulso sexual y su relación con la creación literaria, la historia se va encadenando a través de los recuerdos de familia, de la universidad, de los círculos literarios (Gil de Biedma,Carlos Barral, Juan Benet), tiñéndose en su recorrido por el vacío o la maravilla del azar, para dar una lúcida visión de la condición humana

Al parecer, en la entrevista (que no he visto aún) Luis Goytisolo adelanta algunas perlitas, como que es mentira que Barral hubiese descubierto por casualidad La ciudad y los perros y cómo el mismo Barral arregló el Premio Biblioteca Breve en favor de Marsé.

Si quieren ver la entrevista virtual completa, pueden ir a este página.

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¡Lea electrónicamente!

Steve Jobs y el iPad. Fuente: lavanguardia


A pesar de lo que dice Willie Schavelzon, para los amantes de los gadgets como yo la tentación del e-book es demasiado grande. Mi pregunta no es si me compro uno o no. Ahora es, ¿qué modelo compro? Hay varios en el mercado, como dice Ñ, pero la verdad es que ayer apareció un ganador. iPad. 10 horas de duración la batería, wow. Alucinante. Qué puedo decir, soy super fan de Steve Jobs aunque siempre me friega y me vende equipos malogrados o que se pierden o se rompen. No sé por qué se la agarra Mac siempre contra mí, su más grande fan. Bah, igual me compraré uno en mayo. Dice la nota de Ñ:

Así como el año pasado el furor llegó con los teléfonos inteligentes y el anterior con los reproductores de MP4, parece que 2010 será el turno de los libros electrónicos. Sin ir más lejos, en el último mes se lanzaron cerca de 20 modelos nuevos.El fenómeno viene en crecimiento: en 2009 se vendieron 2,2 millones de lectores electrónicos, unas cuatro veces más que el año anterior. Y para 2010 se esperan llegar a los 5 millones, según los organizadores de la CES, la principal feria de equipos electrónicos. Entre los aspectos que mejor se cotizan aparece el tamaño de la pantalla y su resolución. Como estos chiches se ven en blanco y negro, el contraste se mide en niveles de grises. Y si se trata de pedir, siempre es mejor que incluya un teclado para agregar notas, que sea lo más liviano posible y que su sistema de navegación sea amigable. Los nuevos modelos traen una pantalla inferior que es a color.Otro factor determinante es si se puede conectar por Wi-Fi para descargar los libros desde Internet. Algunos modelos lo hacen a través de las redes 3G, de telefonía celular. En cuanto a la batería, suelen durar una semana. La capacidad ideal es de 2 Gigabytes.Estas tabletas utilizan una tinta electrónica que se parece cada vez más a una hoja de papel tradicional: no emite luz ni cansa la vista. Esta tecnología brinda una resolución de 150 puntos por pulgada, superior a la de un LCD. Además, no necesita retroiluminación: se puede leer con luz solar directa. Y si bien reconocen la mayoría de los formatos, todas tienen uno propio con el que se entienden mejor.

Y así se presentó el iPad ayer:

Más allá de los lectores de libros electrónicos y también de los netbooks, el nuevo invento de Apple, el iPad, saltó ayer a la luz pública en medio de una enorme expectación mediática que llegó a colapsar redes como Twitter durante varios minutos. El consejero delegado de la compañía de la manzana, Steve Jobs, se sacó de su chistera una pantalla muy fina y versátil: vídeos, música, libros electrónicos, prensa, mapas, aplicaciones ofimáticas, correo, internet y videojuegos. El dispositivo funciona de una forma muy sencilla, con el sistema operativo del iPhone que ya utilizan 50 millones de personas en todo el mundo. Jobs explicó ayer que con el iPad su compañía introduce una nueva clase de aparato. "Para crear una nueva categoría de dispositivos, éstos tienen que ser bastante mejores y hacer tareas clave mejor que un portátil y un teléfono inteligente", comentó. El resultado es su tablet: Con el aspecto de un iPhone gigante aunque con mucha mayor capacidad para algunas cosas. Para empezar, la nueva pantalla incorpora doce nuevos programas que no tenía el iPhone y que lo hacen singular. Entre los destacables hay que reseñar iBook, una aplicación que permite leer libros electrónicos y que dejó más de una boca abierta entre quienes asistieron en San Francisco a la presentación del iPad. Como era de esperar, la pantalla de Apple se conectará a una nueva tienda on line de la compañía: iBook store. En esta, al estilo de iTunes, se podrán comprar libros y publicaciones de diferentes distribuidoras y compañías. De momento, ya están Penguin, Harper Collins, Simon & Schuster, Macmillan y Hachette. Otra de las compañías que han llegado a un acuerdo con Apple es la editora de The New York Times. En la presentación se exhibió una adaptación de la aplicación del periódico para el iPhone. El iPad puede ser una buena base para la lectura de periódicos, según se mostró ayer. A diferencia del iPhone y más próximo a los Mac, Apple ha creado para el nuevo aparato una versión completa de su conjunto de programas ofimáticos: el procesador de textos Pages, el programa de presentaciones Keynote y la hoja de cálculo Numbers funcionan en el iPad, de forma parecida a la de los Mac. En cambio, la pantalla portátil tiene también a su disposición las 140.000 aplicaciones del iPhone. Su campo de posibilidades de uso es uno de los mayores que ha tenido nunca un ordenador personal. Al igual que sucede con el iPhone, cuando en algún momento se requiere la introducción de texto en la pantalla, surge un teclado virtual de un tamaño considerable que permite la escritura. No obstante, para quienes quieran utilizar el iPad para escribir, Apple ha creado un fino teclado de aluminio, del estilo del que usa el iMac, que puede ser adquirido de forma opcional. El iPad tiene una pantalla de 9,7 pulgadas, el mismo tamaño que el de un netbook,de tipo OLED y de alta resolución, que muestra unos colores muy vivos y que ha sido optimizada para poder ser vista desde un amplio rango de visión de 178 grados. El nuevo invento de Jobs tiene conexión wi-fi de alta velocidad (802.11n) y conectividad 3G opcional que no irá ligada a ninguna compañía telefónica de forma obligatoria, como sucede con el iPhone en la mayoría de países en que se ha comercializado. Habrá tres configuraciones de memoria: de 16, 32 y 64 Gb. Los precios para Estados Unidos varían de los 499 dólares del modelo de 16 Gb sin 3G a los 829 dólares del iPad de 64 Gb con 3G. Según la política de Apple, no se puede hacer una conversión directa de esos precios a euros, porque lo habitual es que el precio en dólares sea el mismo en la moneda europea, pese al diferencial entre ambas divisas. Por tanto, cabe esperar que el modelo más barato cueste 499 euros y el más caro 829 euros. Las versiones sin 3G estarán en el mercado dentro de dos meses y las que lleven la conectividad móvil, un mes más tarde. Para hacer funcionar el iPad, la compañía de la manzana ha fabricado su propio chip, un procesador A4 que funciona con una frecuencia de 1 Ghz y que la compañía asegura que proporciona un rendimiento excepcional en gráficos. El rendimiento de la batería es de unas 10 horas de funcionamiento. El nuevo dispositivo copia también del iPhone sensores como el acelerómetro, el GPS y la brújula, que permiten usar infinidad de aplicaciones y utilizarlo la posición de la pantalla para manejar juegos, y la aplicación de mapas de Google, que incluye como en el teléfono las vistas en 3D de Google Street View. Asimismo, la pantalla tiene un sensor de luz que regula el brillo de la pantalla de forma automática. El acercamiento a Google fue una de las sorpresas de la presentación de ayer, en un momento en el que las relaciones entre ambas compañías parecen estar en su momento más tenso y cuando se han hecho públicos contactos entre la firma de la manzana y Microsoft para incluir el buscador Bing en el iPhone. Otro de los platos fuertes de la presentación del iPad fue su capacidad con los videojuegos, las versiones presentadas de Nova y de Need for Speed,sorprendieron por su definición y fluidez. Se trata de juegos de última generación que requieren buenas prestaciones gráficas de las máquinas en las que corren. El iPad pasó la prueba sin problemas, lo que puede indicar que las consolas portátiles, incluido el iPod Touch de Apple, tienen un nuevo rival El planteamiento de la compañía de Jobs es que las pequeñas pantallas reúnan un sinfín de características que lo conviertan en un dispositivo universal, un concepto que ya empezó a aplicar en el iPhone. Apple ha puesto en el mercado un dispositivo multiusos que permite gestionar todo tipo de archivos multimedia y convertirse en una herramienta de ocio. Al mismo tiempo, también puede realizar tareas que sirven a aspectos profesionales, aunque no será ese su enfoque. Por ejemplo, no podrá cargar un programa de la complejidad de Photoshop, aunque sí servir para algunas de sus funcionalidades.

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Soledad Puertolas: "somos invisibles"

Soledad Puertolas. Foto: uly martin. Fuente: elpaís

Soledad Puertolas ha hecho, sin aspavientos ni exhibicionismo, una de las obras narrativas más sólidas de la literatura castellana. Como tiene un look medio diva freak, medio neurótica, a lo Herta Muller, Clarice Lispector, Iris Murdoch, Amelie Nothomb, Elfriede Jelinek (el modelo Virginia Woolf, digamos), la olvidan incluso las mismas escritoras que defienden la literatura escrita por mujeres. Pero vale la pena leerla. Está a punto de publicar en Anagrama un nuevo libro de cuentos y de asumir un puesto en la RAE. Mientras tanto, juega con sus perras Coti y Lura. Así nomás es. Dice la nota en El País:

Me fascinan los secundarios y la idea de que acaben siendo los principales en algún momento". De eso trata también su nuevo libro, Compañeras de viaje (Anagrama), un conjunto de relatos que llegará a las librerías en un par de semanas. "La protagonista de todos", explica la escritora, "es una mujer que viaja acompañando a otra persona. Es casi un prototipo: alguien que acompaña y cuando llegan al destino del viaje no tiene nada que hacer". [...] Ana María Matute suele decir que muchas veces se trata a las escritoras como a las hermanas pequeñas de la literatura. Soledad Puértolas va más allá: "Más que pequeñas yo diría que a veces somos invisibles. O no te ven o destacan que eres una mujer. ¿Es eso una categoría literaria?". ¿Lo es? He ahí la cuarta pregunta de manual: ¿Existe una escritura femenina? "Siempre contesto con otra pregunta. Pensemos en cuántos hombres distintos hay. ¿Vamos a imaginar que las mujeres son todas iguales? Analizar un libro desde el punto de vista del género es como hacerlo desde el punto de vista de nacer en Zaragoza o en Mérida. ¿Hay un rasgo específicamente emeritense en la literatura?". Si la literatura no tiene sexo, ¿lo tiene la lengua?, ¿es sexista la gramática?, ¿aspira Soledad Puértolas a ser nueva "miembra" de la RAE? "La lengua es muy maleable, se pone a nuestro servicio", responde. "Ahora tenemos la sensibilidad muy exacerbada porque la igualdad no progresa del todo en la sociedad: vemos maltrato, discriminación salarial... La tentación es agarrarse a lo visible, pero lo importante es cambiar la realidad. ¿Cómo se hace? No lo sé".

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Festivales literarios

1.27.2010
programa del Hay Festival Cartagena 2010. Fuente: hayfestival

Mientras esperamos, en mayo, el fabuloso Festival de la Palabra que Mayra Santos Febres y otros cómplices está organizando en Puerto Rico (en la tierra de Maelo ya se respira el ambiente de Festival, por cierto, gracias al entusiasmo de Mayra y con la presencia de la cubana Karla Suárez, quien se adelantó y fue a Puerto Rico a dar unos talleres y comenta la visita en El País), podemos ir calentando motores con el Hay Festival Cartagena 2010 que empieza mañana, 28 de enero y contará con la presencia de Ian McEwan, Almudena Grandes, Michael Ondaatje, Mario Vargas Llosa, Manuel Gutiérrez Aragón, Guillermo Fadanelli, William Ospina, Fernando Trueba, Zoé Valdés entre otros. Ya Daniel Mordzinski viajó hasta allá y tiene la cámara en ristre para mandarme algunas fotos. A propósito, en el diario argentino La Nación, Susana Reinoso habla sobre los Festivales Literarios:
¿Cuánto cuesta un festival literario? Entre US$ 400.000 y 2.000.000, según el festival de que se trate. En el primer caso se halla el Carnaval de las Artes. En el segundo, el Hay Festival. Desde Colombia, Heriberto Fiorillo, director del Carnaval de las Artes, que este año realiza su cuarta entrega, dice a LA NACION: "Nuestro propósito es que los escritores y los artistas nos revelen sus procesos de creación e invitamos a los jóvenes para que conozcan por dentro la literatura, el periodismo, la magia. El contacto con el público se da en espacios que funcionan como pequeños talleres. La obra es más importante que el artista o el escritor". Desde Madrid, la directora de Proyecto y organizadora de las ediciones de Granada y de Segovia del Hay Festival, la argentina Sheila Cremaschi, define los encuentros: "Cada festival es un animal único, con su propia vida y hasta la identidad de los lugares modifica nuestras concepciones. Destaco como saliente la proximidad que tienen los escritores con sus lectores durante los cuatro días que dura el festival. Es un momento renacentista en el que conviven artistas, escritores y músicos en un mismo espacio". Desde Italia, Silvio Benedetto señala: "Estos encuentros artísticos en la Liguria [Cinque Terre] surgen como un punto de encuentro entre el pasado, por el papel que el puerto de Génova tuvo en la migración de los que se hicieron a la mar, y el presente, en el diálogo con otras poblaciones. El intercambio de los escritores y de los artistas se da con los pobladores locales". Lo intransferible de un festival literario, coinciden los consultados, es esa magia que se produce en una pequeña ciudad cuando es "tomada" por la literatura. Y de pronto, un lector desprevenido se sienta en un café al lado de Martin Amis, o se cruza con Gabo García Márquez y su hermano Jaime volviendo de una cena en la histórica Cartagena de Indias. Sólo por placer de verlos andar, como mortales, ya vale la pena.

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Kenzburo Oe entrevistado

Kenzaburo Oe. Foto: David Coll. Fuente: elpaís

La publicación en castellano (Seix Barral) de Renacimiento, la primera novela de la trilogía que Kenzaburo Oe publicó hace una década, ha despertado el interés de España por este extraordinario escritor japonés. En "Babelia" lo entrevistan en su casa en Tokyo. Por cierto, yo acabo de tragarme su novela como quien se come una píldora. Es estupenda. Además, en la extensa y cálida entrevista, Oe habla de su vejez, opina sobre el éxito de Haruki Murakami y dice algo que, seguramente, Mario Bellatin -gran lector de la literatura japonesa desde hace décadas, y de Oe en especial- habrá recortado: "todo escritor es manco":

Renacimiento es la primera novela de una trilogía que usted comenzó hace casi una década. ¿Qué van a encontrar los lectores españoles en este primer volumen?
Es una gran alegría que se publique en español. Es el segundo idioma al que se traduce, tras el alemán. La edición que ha hecho Seix Barral es estupenda, pero lo que más me gusta es que le hayan puesto el título de Renacimiento. Es el título que le hubiera querido poner, aunque el que tiene en japonés y en la traducción al inglés -que se publica en primavera- es Changeling.

Ese título viene dado por Outside over there, un libro de Maurice Sendak que juega una parte importante en esta novela. ¿Por qué le ha gustado tanto un título que no guarda idéntica relación con el original?
Tengo un amigo al que conocí cuando tenía 16 años. En esa época yo quería estudiar matemáticas o física hasta que él me dijo: "Lo tuyo es la literatura. Y el cine, el dibujo, la música...". Él me inició en la creación artística, y eso me cambió para siempre. Este amigo se convirtió en una suerte de tutor y gracias a él conocí a la que ahora es mi esposa [Yukari Oé es hermana de Itami]. Más tarde, él se convirtió en un director de cine. Su nombre: Juzo Itami. Siempre hemos sido amigos y siempre he tenido una vida en pareja con esta persona.

P. De hecho, usted ha titulado esta trilogía como la de las "extrañas parejas".
R. Así es. En concreto parto de la idea de la seudopareja, un concepto que tomo prestado de un párrafo de El innombrable de Samuel Beckett. Itami y yo siempre hemos sido una pareja. Hasta que él se suicidó. Hasta entonces él vivía haciendo películas y yo publicando libros. Mi trabajo siempre ha tenido una faceta política y él nunca quiso saber nada de eso, así que llegó un momento en que ya no nos veíamos tan a menudo. Por eso cuando falleció empecé a recordar la juventud que vivimos juntos y a pensar en mi propia vida. Y aunque mi amigo no puede resucitar, lo que yo intentenacimiento. Y también el mío propio. Ése es el tema principal de esta obra. De ahí que me guste tanto el título en castellano. El día después de su muerte recibí un fax de Edward Said muy emotivo que me hizo pensar en todo esto. Más tarde leí el cuento de Sendak, y eso redondeó el punto de partida para Renacimiento.

P. Y Renacimiento sería la primera de una serie de tres novelas.
R. En efecto. Y en todas ellas el protagonista es un escritor llamado Kogito. La segunda obra de la trilogía se podría traducir como El niño de la triste mirada. Hace referencia al "caballero de la triste figura", porque en este caso narra la relación de Kogito, literato y moralista japonés, con el Don Quijote de Cervantes. El ten Quijote de Cervantes. El tercero se llama Adiós a mis libros, un canto a esta vida dedicada a la literatura.

(...)

P. De todos sus álter egos, Kogito es el que más se ha prodigado en sus novelas. ¿Es el que más se ha acabado desligando de Oé?
R. Así es. Y creo que esto se percibe aún más en mi último libro, que se acaba de publicar en Japón. El título en castellano sería algo así como Muerte por agua, y se inspira en el de la cuarta parte del poema de T. S. Eliot La tierra baldía. En esta novela ha llegado un momento en que ya no sabía si estaba escribiendo sobre mí o sobre Kogito. Muchos jóvenes me dicen que mis libros son mediocres porque no tienen un clímax final debido a que Kogito no mata a nadie, no huye etcétera. (Ríe). Claro, yo les respondo que Kogito, al igual que yo, tiene que escribir, tiene que subsistir pese a ser un personaje. Es complicado. De todas maneras, con Muerte por agua Oé ya ha terminado de decir todo lo que ha querido decir a través de ese moralista que es Kogito. Como escritor, echo un vistazo a mi vida y pienso que soy una especie de moralista, al igual que Don Quijote o Sancho Panza. Continuamente me pregunto por la condición humana. Y creo que Cervantes también lo hacía. Y aunque yo no puedo definirme como un moralista oficial, siempre quiero introducir en mis libros la figura de un moralista que padece la era contemporánea. Éste es el tema principal de toda mi literatura. Cuando empecé esta trilogía tenía más de 60 años. Por eso pensé escribir esta obra sobre mí mismo y sobre el tiempo que he vivido en este país que llaman Japón.

(...)
P. Por otro lado, también hizo una clara referencia a la Secta de la Verdad Suprema en Salto mortal, uno de sus últimos libros publicado en castellano. ¿Cree que la sociedad japonesa ha reflexionado lo suficiente sobre todo lo que pasó hace casi quince años?
R. Nada ha cambiado. Los ataques terroristas sirvieron de alarma para la sociedad japonesa. Nos alertaron de que estamos cerca de algo mucho peor. Pero el tema no se trató con el suficiente peso. Haruki Murakami escribió un libro muy necesario sobre el tema: Underground. Es estupendo.

P. Desde luego es un trabajo periodístico excelente, aunque aún está inédito en español.
R. Qué lástima. Murakami es un tipo interesante, lo conocí una vez durante una entrega de premios.

P. Su Kafka en la orilla me recuerda a sus descripciones de los bosques de Shikoku.
R. Es verdad. Lo que pasa es que mis libros no se venden ni una centésima parte de los suyos (ríe).

P. Ventas al margen, usted acaba de publicar Muerte por agua en Japón. No sería la primera vez que dice que éste va a ser su último libro.
R. Sí, lo he pensado muchas veces (ríe). A mis 74 años veo Renacimiento, y creo que ya no voy a poder escribir algo de semejante nivel. Para mí Muerte por agua es el final de una saga de cinco obras. Con este último puedo dar por cerrada la obra de mi vejez. Soy escritor y aún estoy vivo y es posible que me encuentre ante otra obra que quiera escribir. Me gusta mucho el Quijote y lo he leído muchas veces. Mucha gente ha escrito un Don Quijote. Günter Grass tiene su Tambor de hojalata, por ejemplo. Yo desde pequeño he tenido el sueño de escribir un libro en el que el protagonista diga "yo soy Cervantes" o "yo soy Don Quijote". Sin embargo, de momento yo sólo he escrito uno en el que el protagonista puede decir que se llama Kogito (ríe). Dentro de toda mi obra hay una persona, un personaje que está separado del resto. Y el modelo está ahí [señala a Hikari, que está detrás de nosotros, ojeando el periódico]. Si aún vivo tres años más, me gustaría escribir un libro en el que Eeyore [el nombre que Oé utiliza para los personajes basados en su hijo] explicara la historia contemporánea a través de sus ojos. Sería ficción, por supuesto. Al igual que el Oskar de Grass toca el tambor para darse a conocer, mi Eeyore tendría su música. Ahora que lo pienso, creo que existe la clara posibilidad de que un libro así vea la luz.

P. ¿Y qué hay de ese destino que los dos protagonistas de Renacimiento ven escrito en el poema Adieu de Rimbaud?
R. Ese destino no se ha hecho realidad. Cuando pienso en el verso "Entraremos en las espléndidas ciudades"... Nosotros no hemos llegado a poder vivir juntos ese renacimiento maravilloso del que hablo en la novela. Rimbaud es un punto de partida para la literatura moderna y, como Rimbaud, todos los grandes autores de la modernidad tienen algo que han perdido, algo que les falta. Todos escriben sobre un héroe que ellos no han podido ser, el mismo que yo no he podido ser. Y la forma inicial, el prototipo, es Don Quijote, de Cervantes. Él tenía un brazo inutilizado y le llamaban manco . Pienso que todos los grandes autores del siglo XX, desde García Lorca hasta Günter Grass, son mancos, les falta algo. En francés el verbo manquer indica un déficit en la persona, es muy significativo. Yo tengo tantas manques . Hace 46 años que vivo con mi hijo, que es deficiente. Y siento que ésa es mi gran manque. Él también es manco, pero él es mi héroe y a mí me gustaría que él fuera el héroe de esta nueva novela que ahora está en mi cabeza. En cualquier caso, yo no tengo ni un destino ni un talento tan grande como Cervantes (ríe). Yo de momento he venido hasta aquí agarrado del brazo con Kogito y es posible que antes de morir pueda mostrar al mundo un libro en el que aparezca su destino . Hace apenas tres semanas que presenté el nuevo libro en Japón. Y aún no le he dicho a nadie nada sobre este nuevo proyecto. Usted es el primero que lo escucha.

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¡Editores, a los libros!

Ya descubrí que la próxima vez que vea a Willie, probablemente en octubre, tendré que usar este artilugio para que no me expulse de la agencia. Fuente: telered.org

Mi agente literario, consejero anímico y buen amigo, Willie Schavelzon, no está tan entusiasmado como yo con la aparición del libro electrónico y cita a Ortega y Gasset sembrando una pica en medio del campo de batalla: ¡Editores, a los libros! (Claro, él vive en Barcelona y tiene a su merced todas las novedades literaruias a su alcance, así qué fácil) En un artículo interesante en El Mercurio (que confieso que lo he leído a ritmo pausado, con la voz con que Andrés Neuman imita genialmente a Willie) le da larga vida al libro en papel impreso y dice algo que, debo reconocerlo, es absolutamente cierto (lo que no quita que yo insista en el ebook como el único modo de sobrevivir como lector desde este agujero distrital donde me encuentro ahora): el libro electrónico es solo un intento más de seguir vendiendo hardware. Dice la nota:

El e-book o libro digital no surge por una demanda del mercado (mejor dicho, de los lectores), sino como una imperiosa imposición de los grandes fabricantes de hardware , que ya no pueden seguir vendiéndonos tantos teléfonos móviles, y ponen sus esperanzas en los dispositivos de lectura. Todos los grandes jugadores de este negocio (Apple, Sony, Google, Amazon, etc.) quieren vender dispositivos de lectura. Con qué contenido rellenarlos no es su problema. Cuando se defina esta batalla de titanes, entonces vendrá la búsqueda de contenidos. Ninguna editorial ni agencia literaria puede competir con esos enormes operadores. Sólo las plataformas conjuntas creadas por grupos de muchas editoriales tendrán un volumen suficiente para lograr una participación real en la distribución de contenidos electrónicos. Si estas son editoriales de libros tradicionales, y no operadores informáticos, debería tranquilizarnos a autores y libreros, los más perjudicados con cualquier otro proyecto de distribución de libros digitales. Estoy convencido de que toda pequeña "editorial electrónica", como las muchas que hemos visto surgir -y comienzan a desaparecer-, tendrá como único destino vender sus contenidos a los grandes, por lo que se convertirán en un intermediario más, que encarecerá el producto o reducirá el beneficio de los autores. El reciente y excelente artículo de opinión de Luisgé Martín en El País señala varios de los puntos clave de este problema. El verdadero "libro electrónico o digital" del futuro, el que tendrá un lugar importante, no será nunca un simple escaneado de las páginas del libro de papel, tendrá que ser otro tipo de libro, interactivo, que aproveche al máximo las enormes posibilidades que los medios digitales ofrecen. Esto será imposible sin editores, verdaderos editores electrónicos, que para poder serlo tendrán que provenir del mundo de los contenidos, no del de la informática. Sin ellos, el libro digital no será posible ni tendrá sentido. Lo que se está haciendo ahora está al borde de la vergüenza, basta con bajar uno cualquiera de Google Books para ver el desastre: un escaneado rudimentario, páginas dobladas, o fuera de foco, un trabajo de profesionales que desconocen lo que es un libro y lo que debe ser. Es como darles a los escolares un ordenador portátil para ponerle como contenido las mismas páginas de los libros de papel escaneadas. Eso no es un libro digital, sólo servirá para confundirlos: no aprenden nada nuevo, no aprovechan las posibilidades de un ordenador, que ya no servirá cuando los contenidos sean realmente digitales, interactivos y proactivos de verdad. Saber buscar en una biblioteca, aprender a consultar un libro, a leer y sintetizar, a generar una verdadera investigación, es un requisito de la educación que no se puede abandonar en nombre de la tecnología. Al ofrecer estos libros electrónicos, sólo estamos haciendo más de aquello que los educadores ven cada día: los trabajos de los alumnos son simples ejercicios de cortar y pegar que no producen un aprendizaje real. Las empresas informáticas, por ahorrarse el coste de investigar y crear (por no saber qué es un "editor"), fomentan la caída del nivel educativo y cultural de la población escolar.
El mundo del libro tiene a corto plazo problemas mucho más graves que la falsa amenaza del libro digital: la reducción de las páginas de Cultura de los diarios de papel, la transformación de los suplementos literarios en unos "de tendencias" que al final no encuentran un público claro, la concentración de la venta en librerías en un reducido número de grandes éxitos que no tienen nada de criticable (todos los necesitamos), pero que están produciendo un efecto de expulsión, de reducción de la variedad de la oferta, todo lo que llamábamos "el fondo editorial" y que hoy los libreros devuelven al editor. Un fondo editorial que es fundamental desde el punto de vista cultural y del negocio del libro. Si seguimos dedicando tanto espacio al libro electrónico, no lo ayudamos a desarrollarse bien, y descuidamos al libro de papel. Durante muchos años todavía, los autores, agentes literarios, editores y libreros (y de toda la industria gráfica) viviremos fundamentalmente del libro de papel. Sin hablar de los problemas de la piratería y de la falta de una legislación actualizada. Cuidar la edición, la comunicación y la red librera es algo fundamental. Parafraseando a Ortega y Gasset: ¡editores, a los libros!

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la cueva en febrero

fuente: la cueva


Este año, La Cueva, el taller literario virtual que dirige Ricardo Sumalavia desde Burdeos, abre nuevamente sus inscripciones. Ya han participado como talleristas invitados. vía internet Santiago Roncagliolo, Alejandro Zambra y Andrés Neuman. ¿Y a mí cuándo me toca? Quiero hablar de peines. En esta página pueden inscribirse.

Muy pronto se dará inicio el nuevo Taller Virtual de Narrativa enfocado a la escritura de cuentos. Por supuesto, la propuesta de este taller apoya perfectamente a la escritura de novelas. Las sesiones estarán coordinadas por el escritor peruano Ricardo Sumalavia. En esta oportunidad el taller se dinamizará todavía más con la presencia de escritores invitados de reconocida trayectoria, como Santiago Roncagliolo (Perú), Andrés Neuman (España-Argentina), Alejandro Zambra (Chile), Fernando Iwasaki (Perú), Guadalupe Nettel (México), Edmundo Paz-Soldán (Bolivia), Ana María Shua (Argentina) e Iván Thays (Perú), entre otros.

Además, su formato online permitirá desarrollar un verdadero taller internacional de narrativa.

No necesitas cumplir ningún pre-requisito, salvo tus ganas y pasión por escribir.

Puedes informarte visitando los distintos apartados de esta página web.

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Roncagliolo y su dama negada

Santiago Roncagliolo y polémica novela. Fuente: apuntesapocrifos

Hace unos días comenté que habían censurado a Santiago Roncagliolo en República Dominicana. Ahora, Juan González, representando a la editorial, dice que no existe tal censura. Vamos por partes. Es cierto que cada Santillana nacional tiene el poder de decidir si publica o no un libro publicado en otra Santillana. Suele suceder que no lo hace, lo que Piglia llamó "balcanización", es decir, que lo que saca Alfaguara Argentina no tiene por qué ser publicado por Alfaguara Perú, y viceversa. Sin embargo, suele ocurrir que lo que publica la cabeza del grupo, es decir el local en España, rebota en los demás países, y más si es de un autor premiado con el Alfaguara, exitoso en ventas y críticas, como Santiago Roncagliolo. Que Alfaguara en Santo Domingo diga que tiene el derecho a no publicar Memorias de una dama, que lo diga. Que insista que eso no es censura es correcto. En todo caso, autocensura. Pero que no diga que es una decisión literaria y menos de marketing, porque eso es una excusa. Simplemente, no quisieron meterse en camisa de once varas, ni pisar callos, y ya está. Las cosas claras:

(...) en declaraciones ofrecidas a la agencia Efe, Juan González, director de Contenidos del grupo Santillana, señaló que el sello Alfaguara no ha impedido “en absoluto” la publicación de la novela, ni en República Dominicana ni en ningún otro país de América Latina. Según el funcionario, el libro tuvo “una salida regular desde el punto de vista comercial y no ha funcionado demasiado bien”. Por ello, el motivo de que no haya llegado a República Dominicana, adujo, “es comercial y no tiene nada que ver con la polémica” difundida en la prensa. Igualmente, trascendió que la inexistencia de ejemplares de la novela en Iberoamérica responde a la decisión de la editorial española, presionada por la poderosa familia dominicana, de no reimprimir ni poner en circulación ejemplares de “Memorias de una dama” y esperar que se agoten los saldos aún existentes en cada país. Consultado por El Comercio, el escritor Santiago Roncagliolo declinó responder sobre el tema, y más bien señaló que todas las declaraciones deberá darlas la editorial Alfaguara.

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JJ Junieles cuentista

John Jairo Junieles rumbeando en Cartagena. Fuente: moleskine

Y hablando de "baby" de casi 40 años, el colombiano B-39 John Jairo Junieles, quien goza su vida y su rumba en la inolvidable ciudad de Cartagena (donde, la última vez que lo vi, nos estaba llevando a una rumba y de pronto desapareció en una esquina para siempre), ha publicado El amor también es una ciencia, 10 relatos que seguro encontrarán su lugar entre los asistentes al Hay Cartagena 2010. Lo entrtevistan en un diario de su ciudad y desde ahí habla de su libro y recuerda el Bogotá39:

Le preguntamos a Junieles qué significa para él haber sido incluido en ese proyecto, y nos respondió: “Hay gente que nació para salvar vidas en un hospital. Para otros la vida es construir y pulir sillas, sembrar la tierra, vigilar la entrada de un banco, cocinar. Por mi parte, sólo intento contar lo mejor que pueda las historias que se me ocurren. Bogotá 39 es un reconocimiento para todos los que se detienen en la calle a escribir en papelitos. Esos obstinados en poner una palabra detrás de la otra, para contar historias que tal vez sirvan de compañía o consuelo para alguien, ese alguien que lee, escucha música, o ve una película para sentirse menos solo, mientras hace frente a sus dilemas personales”. De su nuevo libro de cuentos El Amor también es una ciencia, J. J. Junieles nos dice que “el libro surgió de un reto personal bastante absurdo. Algunos cuentos conservan su vigencia, a pesar del tiempo y las traducciones, por sus argumentos atractivos y no por las palabras usadas para narrarlos. Me preguntaba si podía escribir cuentos donde las historias fueran tan entretenidas que nos hicieran olvidar las palabras. No sé si lo conseguí”. Allí está su apuesta. Sólo falta ser juzgada por los lectores, quienes en últimas son los que deciden aceptar la compañía de una historia.

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Baby Boo?

¿Hasta cuándo "baby"? Fuente: cinerama

La advertencia de mi nombre en Google me manda a una página del diario La Mañana de Nuuevo Laredo y en específico a un artículo titulado Narran la estirpe de Gabo y Mario que, al ser clickeado, aparece como error. Así que lo único que sé de lo que dice esa nota es el párrafo siguiente rescatado por Google:

El Mañana de Nuevo Laredo: "[...] se ha generado el "Baby boo", con la irrupción de plumas como Andrés Neuman, Santiago Rocagliolo, Wendy Guerra, Ronaldo Menéndez o Iván Thays"

¿Baby Boo? ¿Baby Boom? ¿Baby Boop? ¿Baby de más de 40 años? En fin.

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¿La generación de oro sigue brillando?

1.22.2010
Illustration: Ian McEwan, Martin Amis and Julian Barnes Photo: Andy Watt/Folioart. Telegraph


Mientras que la editorial Anagrama sigue creyendo en el llamado Dream Team de la narrativa británica, reconozcamos que un poco deslucida en la actualidad, y publica la última de Julian Barnes Nada que temer, en Telegraph.uk no les perdonan nada a los que califica como "generación de oro" Los acusa de agotados, recopila sus fracasos, los llama "divos" y acusa a la crítica de falocentrista. Sin embargo, confiesa que no serán fácilmente desplazados. Nada que temer, como diría Barnes. Los viejos-jóvenes todavía están en la danza, eso es un hecho. Yo leo todo lo que escriben, aunque mi entusiasmo no es el de antes. El artículo de Alex Clark se titula: Martin Amis, Ian McEwan: does the golden generation still glitter? Lo copio entero porque está buenísimo:

Despite his previous professions of distaste for the comic novel, one might almost suspect Ian McEwan of using fiction to make a joke at our expense – or even his own. At the end of last year, an extract of his forthcoming novel, Solar, appeared in the New Yorker magazine and immediately posed the reader a question: is literature at its most useful – or is it indeed only useful – when you are trying to get someone into bed? In the extract, we learn that the novel’s protagonist, a Nobel Prize-winning physicist, a serial marrier and dedicated philanderer, makes his first significant youthful romantic conquest by convincing the object of his affections that he is an aficionado of Milton and, to boot, that he has little time for the hoary old opposition of art and science: “All knowledge interested him, he said; the demarcations between subjects were mere conveniences or historical accidents or the inertia of tradition.” Mastering art by dint of furious mugging up and a little rational thought makes Michael Beard, we hear, feel “intellectually free” (even though his first wife eventually walks out on him after having her consciousness raised). Unseasonally speaking, we might accuse McEwan of being a turkey voting for Christmas. The novel, to be published here in March, has been billed as a satirical look at climate change and was germinated on a trip to the Arctic to observe that very phenomenon, in which McEwan saw that the vagaries of group behaviour might provide a useful insight into our tricky relationship with the planet. But McEwan’s recurrent concern with the uses and abuses of fiction – in evidence in perhaps his most widely read novel, Atonement (2001), hung on a narrative trick revealed only at its conclusion, and in the thrillerish denouement of 2005’s Saturday, which juxtaposed violence with Matthew Arnold, provides an intriguing portrait of a novelist consistently interested in the purpose and potential of his form. At the same time, McEwan has also pulled off that rare feat in the world of the literary novel – writing books that appeal to a large and loyal readership while also garnering attentive and, even when mixed, serious reviews. In the flood of novels to be published in the opening months of the decade, Solar stands out, alongside Martin Amis’s The Pregnant Widow and Peter Carey’s Parrot and Olivier in America, as among the most eagerly anticipated. Together with Julian Barnes and Kazuo Ishiguro, both of whom had books out last year, these writers can be seen as the lasting success stories of a generation of writers who rose to prominence in the Seventies and Eighties and who have emerged – in that impossible parlour game of second-guessing posterity – as those with at least a fighting chance of being read in a few decades. But what does that tell us about our literary landscape, its recent past and its likely future? There is, in the first instance, an obvious point to be made about the peculiar nature of literary celebrity. Of the writers mentioned above, it is Amis and McEwan whose books are most breathily previewed and whose pronouncements on a range of topics, most noticeably both writers’ comments on Islamic fundamentalism, have been widely reported and minutely dissected; added to which, Amis in particular has frequently seen his private life come under scrutiny. In a culture in which it is debatable whether any writer is ever really “famous” – Amis’s most recent tangle with the press came when he had the temerity to question the writing talents and physical attributes of Katie Price, a celebrity nonpareil – Amis and McEwan come the closest Britain has. In Amis’s case, the (not entirely literary) reasons are clear enough: the combination of a famous writer father, an early determination to include an awful lot of sex in his work and the odd diary-friendly interlude such as expensive dental work is enough to create a reputation for controversy and notoriety. For McEwan, there is something a little more subtle at play, with widespread media attention only arriving in the past few years. It was Saturday, set against the anti-Iraq War demonstrations of 2003 and frequently adopting something close to a documentary style, that catapulted its writer on to the national news; it was as if we felt that here was a writer to whom we could entrust the task of telling us what was going on, in a language that we could understand. That level of recognition does not, however, guarantee blanket approval. McEwan has seen his fair share of negative reviews, most notably when fellow novelist John Banville wrote a vehemently dissenting review of Saturday in The New York Review of Books; it was, he said, “a neoliberal polemic gone wrong”, its author demonstrating “a disturbing tendency towards mellowness”. Last year, the critic James Wood, writing in the London Review of Books in far more generally approving terms, drew attention to McEwan’s predilection for narrative manipulation and wrote suggestively about the reader’s own collusion with it. But if McEwan sometimes finds himself on the receiving end of a less-than-enthusiastic critical reception, Amis must surely wonder who will be first to take a potshot. After the brief respite of his memoir, Experience (2000), which appeared to surprise critics with its candour and painstakingly delineated emotion, Amis came in for a drubbing when he published the novel Yellow Dog in 2003, with Tibor Fischer even writing that he feared being seen reading it on the Tube. The Pregnant Widow, which is set in an Italian castle in 1970 and centres on the sexual adventures of a group of young men and women, has been described in advance as a discussion of feminism; whether Amis’s detractors, who accuse him regularly and with highly arguable accuracy of misogyny, view it that way remains to be seen. There is much less to fear, one imagines, for Peter Carey, whose new novel is a re-imagining of the American adventures of Alexis de Tocqueville; following the ambitiously fractured narrative of political extremism in his last novel, His Illegal Self, it suggests a writer whose fascination for oddballs and off-kilter stories ensures a resistance to easy categorisation. It is a truism that any examination of a group of writers generally concludes that they have little in common; those who dedicate their lives to creating literary fiction are usually striving to isolate their own voices rather than to tune in to others’. If Amis and McEwan repeatedly attract the noisiest attention, it is both a testament to the steadfastness of their ambition – McEwan’s commitment to exploring his fascination with the intervention of chance calamity into ordinary and otherwise ordered lives, for example, or Amis’s bravura probing of the possibilities and limits of his pyrotechnical style – and an interesting commentary on our own attitudes towards the contemporary novel. Despite the critical and commercial success of her Man Booker Prize-winning novel Wolf Hall, and the consistently exceptional quality and curiosity of her earlier work, Hilary Mantel has not often been spoken of in the same breath as the triumvirate of McEwan, Amis and Julian Barnes; similarly, A.S Byatt, Rose Tremain and Pat Barker, even though their work has pleased both prize juries and large numbers of readers. It is hard not to see a gender bias at work here, though not only that; one wonders if there is a suspicion of a certain sort of narrative complexity. It is hard to consider the work of such diverse writers as Howard Jacobson, John Banville, Sebastian Barry or the late Gordon Burn and judge them to be lesser talents than their more volubly discussed contemporaries; but in each, there is a less immediately apparent artistic agenda that can almost be seen as a greater willingness to immerse themselves in the ambiguities and meandering byways of the form. But if all the writers who are loosely grouped together as contemporaries can be credited with invigorating the novel over the past 30 or 40 years – and with freeing it from some of the dead-ends that conventional realism had pulled it towards – then what of the coming generation? Easy though it is to come up with a list of novelists in their thirties or forties – many of whom featured, like their predecessors, on Granta’s once-a-decade list of the Best of Young British Novelists – it is also true that the literary landscape is much altered. Now, writers such as David Peace, Zadie Smith, Sarah Waters, A.L Kennedy, Nicola Barker and Andrew O’Hagan, to name but a few, must operate in an environment where there is far less opportunity for critical discussion and far more pressure on a writer to perform well earlier in their career. And these are the writers who have already enjoyed a large measure of success – including not only the approval of reviewers but also the attentions of screenwriters keen to map their work onto another medium or the imprimatur of television book clubs. For an even newer generation of writers to flourish – and for us to discover who will be the next Ishiguro or Barnes, Amis or McEwan – the reading public must first keep faith with the novel, in all its time-consuming and often puzzling variety, whether or not that reading experience takes place electronically or on old-fashioned paper, and whether or not it comes accompanied by an author’s podcast or online interview. In the meantime, during the coming weeks critics and readers will determine the success or otherwise of a clutch of heavyweight new novels. Whatever the verdicts, the longevity of their creators can hardly fail to impress.

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